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domingo, 2 de agosto de 2009

CAPILEIRA - PICO DEL VELETA: infiltrado entre "Los Bicivoladores"

Hola tí@s,

Éstas son las etapas de mountain bike que gustan: cachondeo, cervezas, bicicleta, sitios acojonantes, y más cervezas (más de uno estaría aquí en su salsa por el tema etílico).


LA JAMIS JR. Y LOS APEROS LISTOS


Pues con éste preámbulo, y habiendo planificado la ruta quedándonos a dormir en las inmediaciones de Capileira, ya os podeis hacer una idea de cómo fue la jornada.
Primera sorpresa: estreno de la "Boluneta". Cacho frago donde nos metimos cuatro criaturas, sus respectivas burras, una jartá de bolsos, macutos, aperos y demás enseres de supervivencia. Y con todo éso, la jodía arreaba carretera pa´rriba...
Total, que entre unas cosas y otras, llegamos a Capileira sobre las una de la mañana, previa parada en un bar alpujarreño de carretera, perdido de la mano de Dios, donde no hubo manera de convertir a Mark al esquisito mundo del comedor carnívoro. Así que, nosotros nos beneficiemos unos choricicos tó peleones y serreños combinados con unos buenos tubos de cerveza.

El campamento base lo montamos unos 3 ó 4 kms. a la salida de Capileira, y allí, "Los Bicivoladores" Juan Carlos, Mark y Boluko, y yo en representación de "Los del Uno Uno", dormimos unas cuantas horas antes del gran día (pobre Mark aguantando las intimidades nocturnas con Boluko... Que nadie se ponga celoso, que ruidos raros, más allá de las ventosidades de cierto personaje, no se escucharon).


CAMPAMENTO BASE


Después de 4 horillas de sueño nos ponemos en pie. Todavía de noche, a las 6 de la mañana, empezamos a preparnos. Comida, bebida, ropa corta, ropa larga, recámaras, más comida..., todo lo que nos hacía falta para el día que se avecinaba.

Ya estamos listos. Hay dos opciones, empezar desde Capileira (treintaymuchos kilómetros de subida), o avanzar con el coche un poco. Elegimos esta opción, y en un anchurón, junto a un cortijo tó molón en medio del campo, aparcamos la Boluneta. Estamos más o menos a 27 kms. del final de la ascensión, y consideramos que es un buen tute.

La Jamis tó maqueá, la "Trex" del Boluko con el RDRE incorporado (Regulador De Ruido Estridente para los no entendidos en la materia) cedido por Morales y las Mondraker de Juan Carlos y Mark ya estaban dando pedales bien temprano. Eran las 7 y media pasadas.


AMANECIENDO CON EL MULHACÉN EN EL HORIZONTE



Sin pensar en si habría mucha gente o no por esos parajes, nuestra sorpresa fue mayúscula cuando continuamente nos pasaban coches cargados con bicicletas. A la gente le gusta sufrir.

Los primeros kilómetros se hacen entre un bosque de pinos donde vamos calentando piernas. La pendiente no es exagerada, y es lo normal que hacemos cada sábado. Se sube fácil, disfrutando del entorno y a un ritmo donde todos vayamos juntos (será la constante en toda la subida). La Jamis Jr. va de vicio. El retoque que le dio Morales hace que vaya como la seda. Te debo una, pero nada de contacto físico... (aclaración necesaria).


"LOS BICIVOLADORES"


Llegamos al punto de información del parque y allí nos encontramos la barrera que restringe el paso a los coches particulares, porque no veas la de furgonetas, de la Junta y de empresas privadas, que suben llevando a gente a hacer senderismo (dineral que se sacan al cabo del día...).

Allí es donde empieza casi toda la gente a hacer la subida en bici, salvo gente mu fuerte y mu chalá (léase Mastrinkais). Así que para nosotros es una victoria haber empezado una mijica antes que la mayoría que sube el Veleta por esta cara.

Preguntas rutinarias al "simpático" guarda forestal y otra vez para arriba. Parada a mear, parada a quitarse ropa, parada a echarse cremica..., escusas para recuperar aliento, diría yo.
Pero los kilómetros avanzan.

El bosque de pinos que atravesamos da paso a unos montes despejados de vegetación alta. La altura aumenta considerablemete y, a pesar de no estar todavía demasiado arriba, el paisaje va cambiando poco a poco, y ya nos encontramos la estampa típica de Sierra Nevada: vegetación baja, cada vez menos pinos, y vistas espectaculares.
Las rampas siguen siendo asequibles, y salvo algún que otro cambio de ritmo de Mark, el ritmo es tranquilo. El día va a ser duro y hay que ir todos juntos.


"ESTAMPAS TÍPICAS"





Las primeras rampas serias, que quitan el hipo, aparecen más o menos a mitad de subida, justo cuando nos encontramos un reguero de autobuses llevando a la gente a un punto más alto para iniciar sus rutas de senderismo, bien al Veleta o bien al Mulhacén.
Así que imaginad, justo cuando estamos subiendo las cuestas más empinadas de toda la jornada, aparecen los porculeros de los autobuses a toda hostia y echando una panzá de tierra sobre nosotros: ¡¡malditos!!

Poco más adelante nos los encontramos preparados para iniciar su jornada, y desde aquí no pararemos de ver gente a pie. Unos siguen nuestro camino dirección al Veleta, y otros se desvían nada más empezar su ruta dirección al Mulhacén. Este pico está más cerca que el Veleta en el sentido de nuestra marcha, pero la ascensión a pie tiene que ser la hostia, porque el desnivel en poco espacio se antoja brutal. Evidentemente el acceso a bicicleta es imposible. Todos los bikers pa´l Veleta...


A LAS FALDAS DEL MULHACÉN


Después de un mínimo descanso empieza la madre del cordero. Nos encontramos otra valla que definitivamente impide el paso a los coches, pues a partir de aquí hay piedras en el camino que impedirían su paso.
Pues éso, que poco antes de la valla la pista empieza a ser algo más jodía, hay piedra suelta, y hay que seguir los caminos marcados por las ruedas de las bicis y por los senderistas a lado y lado del camino. Las rampas aumentan poco a poco, el horizonte, a pesar de verse de una belleza inigualable, se atisba duro, pues la línea ascendente marcada sobre la montaña, nos marca el camino a seguir.
No hay carretera sinuosa de curvas continuas. Las rectas son más o menos largas, y el hecho de tener que ir bordeando la montaña, hace que continuamente sepamos cual va a ser nuestro siguiente paso.

Pero no todo iba a ser sufrir. Las vistas son increibles. Al ser un terreno despejado, podemos ver claramente todo lo que nos ofrecen los barrancos de la zona: pequeñas lagunas naturales a lo largo del valle que forman estas montañas (perdonad mi ignorancia, pero no sé si ésta zona es la conocida como "Siete Lagunas"...).

Pero nosotros tenemos que hacer una paradica. La gente empieza a estar tocada, y en la zona dura he incrementado un poco el ritmo. Mark, evidentemente, se me pone a rueda, Boluko se queda más atrás, y Juan Carlos logra contactar en los metros finales.
Hay que reponer energías y el hombre del mazo parece que ha hecho una pequeña visita al Boluko. Falta de aire, dolor de cabeza, dolor de ojos... ¿qué estuviste haciendo por la noche? ¿Te llevaste una botella de ron y estuviste de botellón? Al menos tenías los síntomas típicos de una resaca de un par de huevos..., o éso, o la altura estaba notándose en tu cuerpo.


PARADICA CON EL VELETA AL FONDO


Sin embargo, el ver que la gente a pie nos empieza a pasar, nos pone en alerta. Afilamos los dientes, encendemos los motores, abrimos gas y para arriba otra vez.

Todavía nos queda un tramo duro, y volvemos a separarnos. El cansancio se nota, empieza a faltar un poco de aire, pero tampoco demasiado, y justo cuando peor estábamos llega un falso llano (de los de verdad, no como otros...), que hace que reagrupemos y recuperemos.
Mr. Silencioso (Mark) no se despega de mi rueda, aunque poco a poco empieza a quejarse continuamente con la típica pregunta sospechosa: "¿Cuánto queda? ¿Falta mucho?..." A éste me lo fundo yo hoy, jejeje...

Estamos a las faldas del Mulhacén. Aquí es cuando nos encontramos un sendero que atraviesa la pista que seguimos. En dirección ascendente para el Mulhacén, para abajo a las lagunas.
Los osados que eligen subir a este pico no son pocos y continuamente suben y bajan diferentes grupos.
Nosotros recuperamos unas pocas fuerzas, pero sabemos lo que tenemos por delante: otra rampa que hará que bordeemos la montaña en la que estamos. Nos acercamos a nuestro destino.

Las vistas vuelven a ser increibles, y después de una pequeña bajada decidimos bajar a una de las lagunas a echar unas foticos y a descansar mínimamente.
La Jamis Jr., acostumbrada a hacerse camino, se lanza repecho abajo entre piedras y más piedras buscando un posible camino de descenso... ¡¡Vaya si lo consigue!! Esta bici lo baja todo, jeje.

El sitio es espectucular. A las faldas del Mulhacén disfrutando, ahora sí, ya bajados de la bici, del paisaje que nos ofrece Sierra Nevada. Cucarachas, hay que venir aquí tós junticos, pero hay que estar fuertes...


LAGUNAS A LAS FALDAS DEL MULHACÉN


CREMITA PA´ RESBALAR


Pensando que el sitio es inigualable reemprendemos la marcha sin saber lo que nos esperaba.
Llegamos a un paso natural de una montaña a otra que nos acercará al Veleta. Empezamos a ver bikers bajando. Uno, dos, tres... innumerables. Unos más lentos, otros más rápidos, pero todos con unas burras de aupa.


LLEGANDO AL PASO ENTRE MONTAÑAS


Sitios más bonitos, montañas escarpadas, lagunas más grandes, más bikers bajando, más senderistas subiendo, y el Veleta, ya sí, en el horizonte.


JUAN CARLOS Y EL VELETA


Y otra vez vemos el camino rasgado en la montaña. Por ahí hay que tirar. "¡Ésto es mu duro! ¡Vaya paliza! ¡Yo pensaba que quedaba menos!, ¡Me falta el aire, me duele la cabeza, me duelen los ojos!!..." ¡¡Maná de quejicas!! Un cucaracha no se queja tanto... le dejamos todos los lamentos a Tomás, jeje (por cierto, ¿dondé andará? ¿por qué cuestas irá subiendo?..., ya nos enteraremos más tarde).

Pero son las últimas rampas a nuestro destino. No es que quede poco, pero ya sí que parece que es lo último. Pequeño descenso, pequeño falso llano y otra vez para arriba.
La cosa se complica por momentos, la Jamis puede con todas las situaciones, y los pequeños pasos empedrados en medio de la pista, los paso a duras penas pero sin bajarme de la bici. Los demás por detrás. Todos...



No sé si las rampas son más fuertes o que realmente noto las consecuencias de la altura. Cuando se para mínimamente, la cabeza empieza a darte zumbidos, los ojos te estallan y realmente notas una falta de oxígeno, lo cual, acompañado a que no somos superdotados del mountain bike, hace que la ascensión ya sí se convierta en algo duro.

Las laderas de las montañas manan chorros de agua continuamente, fruto del deshielo de los nevazos. Éstos son continuos, y a pesar de que la mayoría están en las sitios más altos, algunos tocan la pista forestal. Imaginad el fresquito que hace por aquí arriba en pleno verano para mantener estas nevadas. No es que haga frío, pero una manguilla larga no viene mal.



Y otra curva empinada y más terreno pedragoso. La gente se aglomera en estas rampas, y justo al lado de una chorrera natural vemos gente bajando y subiendo a pie.
Parece ser que el acceso al Veleta por pista está cortado por un nevazo y el acceso más rápido es por aquí. Hay que echarse la bici a cuestas, pero este sitio es demasiado escarpado y hay que buscar una alternativa. Pero hay que subir, en éso quedamos.

Mi sentido aventurero hace que siga la pista para arriba aún a sabiendas de que está cortada, pero tengo ganas de investigar y ver cómo está realmente el terreno. A pesar de las condiciones por la altura y de la dureza del terreno, me encuentro bien, todavía con fuerzas.

Los tres gañanes que me acompañan se detienen a unos metros de la mencionada ascensión a pie, y empiezan a hacerme gestos significando sabe Dios qué. Evidentemente los gestos que yo les hago tampoco se entienden, pero como hay que subir, da igual por dónde, así que arriba nos veremos.

Me tiro ladera abajo bajado de la bici para coger lo que puede ser un camino más o menos accesible al surco hecho por los bikers y senderistas para atravesar el nevazo que corta la ascensión.
Hay que ir todo el rato a pie, y subir por la nieve con la bici cuesta lo suyo. Pero son apenas cinco minutillos y ya estoy otra vez en la pista. Gestos del Boluko desde abajo, gestos míos desde arriba... cenversación de merluzos...

Hay que llegar al refugio, y pasados unos metros ya estoy arriba. ¡¡Llegué, lo conseguí!! ¡¡Qué machote estoy hecho!! Ya sí podré decir que he llegado al Veleta y que he contemplado las vistas increibles desde aquí arriba.



Todavía se ve un par de puntos más altos. Más tarde llegaré a ellos, y podré decir que estuve en la cumbre del Veleta, a algo menos de los 3.396 metros del pico. Nunca un cucaracha estuvo tan arriba. Los 2.100 de Nuevo Mundo era nuestro tope.

Pues allí echando unas fotos del paisaje esperando que los tres piltrafillas que me acompañaran se dignaran a subir. Yo no los veía. Me dio tiempo a comer, como ya he dicho, a echar fotos, a grabar vídeos, a hablar con el gran Tomás por teléfono, y a impacientarme...
Hora y pico después, hasta los uevs de la situación voy para abajo a buscarlos. Me arrastro por la nieve, a cuestas con la bici, sufriendo entre tanta piedra... ¡¡Y allí no hay nadie!! Las montañas de Sierra Nevada se caen encima mía. ¿Dónde está esta gentuza? M´an dejao abandonaico como un perrico, ¡¡malditos!!
Pues nada, supuse que nos habríamos cruzado en el camino, y otra vez para arriba. Sube nieve, sube piedras... hasta los mismísimos. Y llegó y allí no hay nadie. ¡¡Cagontolmelón!! Ya estaba desesperao. Abandonado allí arriba...

Bueno, pues supongo que habrán tirado hasta el otro punto más arriba. Hasta el auténtico Veleta. Pues vamos para arriba.

El camino se convierte en una carretera medianamente cementada. A la derecha y arriba, el Veleta, y a la izquierda, abajo en el valle, la estación de esquí de Pradollano (Sierra nevada). Evidentemente, las pistas cerradas, sin nieve, pero toda la parafernalia de la pista, hacía de aquel un sitio impresionante. El Forfait, los albergues, los restaurantes... Mu chulo, vamos.

Pero yo tenía que dar pedales. Iba "un poco mosqueado" por la situación. Pero había que encontrarlos, y aquel era el único sitio en donde podían estar.

El camino cementado se bifurca. Si seguimos recto a la estación de esquí, y para la derecha, para el Veleta. P´os pa´rriba.
Las rampas son considerables, y debido a que mi ritmo era brutal, y supongo que también por la altura, aquí sí estaba tocado físicamente. Llego arriba y allí no están. Pero yo coroné lo más alto.



¡¡Salid cabrones que la broma ya está bien!! Del rato de agobio no me dio tiempo ni a disfrutar del paisaje, así que me tiro otra vez para abajo hasta el refugio a ver si están allí, pero como sospechaba ni moscas.
Decisión: que os den por saco que yo me voy para el coche.
Y así hice. Desde las 1 menos cuarto hasta las tres esperando. Creo que un tiempo considerable...

Iba bajando y había que quitarle hierro al asunto. Una confusión fatal, pero bueno, tampoco hay que cabrearse, así que el descenso me lo tomo para disfrutar de la bici y de las vistas.

Bajo rápido. ¡¡Joer como va la Jamis Jr!! La verdad que va jamón, jamón. Y difruto, vaya que si lo hago. Pero también sufro. Los descensos de antes son subidas ahora. Y hace calor. El sol pega de lo lindo, y ya se nota el cansancio en las piernas.
Y poco a poco voy desandando el camino hasta llegar a un cruce donde me encuentro a ... ¡¡un cucaracha!! Tomás estaba esperándome. Sabía de la situación. Conclusión: "Los Bicivoladores" ya habían pasado por allí. Ahora estoy algo más tranquilo...
Con Tomás iba Pascual. Estaban en el desvío para ir a su albergue donde descansarían para terminar de subir mañana. Ya nos contareis julandrones...


TOMAZITO Y PASCUAL


Así que, sabiendo que esta gente ya estaría en los coches, me quito un peso de encima y llego a la conclusión de que... ¡¡¡No coronaron el Veleta!! Después de tanto esfuerzo se quedaron a las puertas... Los libros de historia todavía no podrán incluir en sus páginas que un Bicivolador ha coronado un 3.000, jejejeje (con cariño...).

Pues éso, que después de hacer un descenso bastante rápido, llego al coche, y evidentemente, la sangre no llega al río. Aclaramos la situación y pa´bajo. El Boluko sufrió un reventón de neumático del calor mientras descansaban arriba, así que el descenso se les complicó. Un apaño de emergencia les solventó el problema: en el agujero que se quedó en la cubierta, unos bikers que andaban por allí, metieron un trozo de cuero para evitar que la cámara se saliera y así poder hacer el descenso... Acojonante lo que se puede aprender...
Éso, unido a un tobillo mu fastiao del pupas Boluko, hizo que decidieran no subir a por mí, y bajaran ellos solos. Yo mientras tanto, esperándolos arriba... Sin comentarios...

Así que ya hicimos la subida al Veleta (unos más que otros). Nos lo tomamos con calma, y en hacer los 27 kms. de ascensión, más o menos, tardamos unas 5 horas, contando las paradas en las lagunas, la parada a comer y todo lo demás.
Íbamos con tiempo. Disfrutamos. Y aunque las rampas, en la mayoría de los tramos, no eran exigentes, los últimos kms. eran duros por la altura.

Después, evidentemente, hubo otro refrigerio en los bares. ¡¡Qué pinta tenían esas migas, ese alpujarreño!! ¡¡Triunfo de etapa, triunfo de comida!!


¡¡OE, OE, OE, OE...!!


Señores, que todo el que monta en bici, debe hacer esta subida. Merece mucho, mucho la pena, así que despejen agendas que antes de que empiece el frío "Los del Uno Uno" tienen que repetirla.

Ala, espero que se les hayan puesto los dientes largos, la envidia crezca en su cuerpo, y nos maldigan eternamente por haber disfrutado tanto sin vosotros, jajajaja.

Pero mira por donde, aparte de los cucarachas Tomás y yo mismo, otro más hizo salidita el sábado...
El que no iba a coger la bici en tó Agosto... Si es que "la cabra tira al monte"...

Venga, ahí llevais el IBP y las afotillos del Morales, Davidilico, Emilio y Álvaro (Peñas Negras) y un par de Geos en Castala...

Nosotros vamos este sábado, jeje...


Y la crónica by Morales dice así:


"Después de abandonar a ciertos individuos en la ruta prevista para este finde decidí hacer una mini salida el sábado.

Ellos dicen que han estado en el Veleta pero seguro que han estado de jarana por las alpujarras y después redactaran una crónica con las fotos que Boluko “tome prestadas” de internet... que os tengo calados!!!.

Así que tras leer la propuesta de Javi de repetir la salida de Castala me uní a su sugerencia esperando el apoyo del resto de UnoUno (Me temo que no leisteis el blog, necesito vuestros telefonos para insistir mas) y solicitando ademas el apoyo en la ruta de Peñas Negras y Geos.

El sábado por la mañana otro madrugón, recoger a David y a su Jamilda (la de las barras gordas) y pa'castala. De camino comprobamos la extraña forma en la que aparcan los porches por Berja.
Llegamos a Castala, empezamos a montar las bikes y las pertinentes operaciones de mecánica ligera (al monte se viene cagao, meao y con la bici revisa!!) y aparecen los refuerzos: Javi y Juan Diego por parte de los GEOS y Álvaro y Emilio por parte de los Peñas Negras. Ninguna cucaracha mas!!



“Extraña niebla que se ve desde Castala”

“El grupo. Donde estan las cucarachas?




Total que los seis por la pista para arriba dirección a las antiguas minas. Aquello parecia el KTM team con 2 score, 1 lycam y una prowler, la trek fuel de wonderboy y la jamilda del navigator completaban la parrilla de salida. Ritmo tranquilo charlando para ir calentando las piernas y cruzar impresiones, y ahí me doy cuenta de lo que brilla el adaptador de freno delantero de la bici de Álvaro. Pero si es de oro de 24 Kilates!!! (tío tu no subas por el quemadero porque no subes ni los primeros 100 metros y ya te estarían esperando).
Poco a poco y aunque llevamos un ritmillo tranquilo el grupo se entrecorta. Por delante Emilio, Álvaro y el menda, y por detrás David, Javi y Juan Diego. Seguimos así un par de kilómetros hasta que los peñas negras suben un poco el ritmo y me llevan haciendo la goma unos cientos de metros hasta que lo pienso dos veces y me digo “a tomar por culo” y aflojo el ritmo para ir pedaleando solo mientras espero al grupo trasero para ir charlando con alguien. Poco a poco me alcanzan y los cuatro llegamos juntos al cruce de las minas donde haremos la primera parada del día.

Comemos, bebemos, unas risas y los peñas negras deciden que vayamos a los montones de arena. Nos ponemos en marcha cruzando las instalaciones abandonadas de las minas y de pronto llegamos a los dichosos montones. Una vez allí me doy cuenta de que este no va a ser mi día, jjejee. Al principio no me parecen tan altos pero cuando veo bajar a Emilio y veo que allí abajo es un punto en el horizonte... Total que Javi para abajo... David para abajo (con un aterrizaje un tanto extraño al final), Álvaro para abajo... y Juan Diego y yo nos miramos y pensamos … “que les den!!” y decidimos volver por donde habíamos llegado para esperarlos y continuar la ruta. Otro día que me encuentre con mejor animo sera mi desvirgamiento en los montones de arena, ayer no me sentía motivado jajaja.


“Que cojones mirabais, no os dije que no os movierais”



Nos reagrupamos donde comimos y seguimos subiendo un poco mas para tomar el cruce a la izquierda que mas tarde empieza a bajar en dirección al cortafuegos. Bajamos rápido por el cortafuegos y de pronto me encuentro a David parado... reventón (con esas pedazo de cubiertas no se como revientas, tubeless ya!!). Nos ponemos manos a la obra, cambiamos la cámara y cuando ya la tiene inflada y va a sacar la bomba... plof... piiiisssssssshhhhhh …. la madre que me pario... va y parte la válvula. Así que vuelta a empezar. Volvemos a cambiar la cámara y le da aire (esta vez con mas cuidado). Seguimos bajando por el cortafuegos hasta donde nos espera el resto.



“El macanico en plena faena”



Una vez allí comprobamos la perrera con la que nos espera el grupo. Unos bostezan, otros se desperezan y yo quitandome las legañas y viendo que tampoco andaba muy fino como mas tarde se confirmaría.

Empezamos a pedalear por el sendero y aquí cada uno por su cuenta. Voy pedaleandodo detrás de Álvaro a unos 10 metros pensando en mis cosas un poco absorto cuando de repente... zas!!! mi rueda delantera pierde adherencia en el sitio mas absurdo y me hace caer dando con la rodilla y codo en el suelo (la caída mas tonta de mi vida). Por si no fuera poco allí se encuentra Álvaro recordandome con su “PIÑAAA” que me encuentro en el suelo y ademas, lo que mas me jodió de todo, veo como la bolsa de las herramientas se ha soltado de mi sillin y rueda barranco abajo unos 15 o 20 metros. Así que me toca bajar a buscar la herramientas entre todos los matorrales y pinchos que allí había. Lo encuentro, remonto por donde he bajado y continuamos pedaleando mientras nos reímos de la forma mas tonta de caerse.



“El unico UnoUno asistente el sabado”

Tras un rato pedaleando paramos a reagrupar y vemos que Juan Diego no llega. Emilio y Javi van por delante y no se percatan de nuestra parada. Esperamos un poco y lo vemos aparecer andando por el sendero. La maldición de estos senderos le ha provocado unos calambres en las piernas que le molestan para pedalear. Por suerte ya queda poco para que el sendero pase de ser en bajada invertida a bajada común.

Llegamos a la zona de bajada y la hacemos rápido esquivando las distintas ramas que se empeñan en golpearnos la cara, los pinchos que te acarician manos y piernas y algún que otro árbol caído. En unos minutos estamos de nuevo en la pista.

Aquí alguien se da cuenta de que la rueda trasera de Álvaro pierde liquido y este nos da una nueva lección de “Todo lo que Ud quiso saber del tubeless y no se atrevió a preguntar” esta vez con el capítulo “El obús: Ese invento del demonio”. Así que tras quitar el tapón de la válvula el obús salio disparado... piiissssssshhhhhh... y en 0,5 la cubierta sin aire (eso te pasa por globero y llevar tapones en las válvulas). Gracias a que Emilio saco su “cajita mágica” y le dio el útil para poder apretarlo de nuevo, reparado en el mismo tiempo que tardo en deshincharse.

Son ya las once y algo de la mañana la ruta entre percance y percance esta siendo lenta y todos tenemos una perrera encima de las que hacen época, así que decidimos continuar la ruta acortando el ultimo tramo de subida a pie por un trozo de sendero que no conocia.
Subimos un poco por la pista y comenzamos a bajar por otra que sale a nuestra derecha. El camino de repente se ensucia bastante, piedras, se estrecha, se empina, y David que venia como una moto se tira al suelo en un intento de no llevarme por delante. Continuamos bajando y nos encontramos de nuevo a Álvaro con la rueda en el suelo, al final el liquido no sello el pinchazo y hubo que cambiar. Aquí le explico la diferencia entre dar aire como las mujeres (como hace el) o como los hombre (como yo le enseño), pero el chaval es tozudo y se pasa mis comentarios por el forro.

En este punto es donde decidimos cambiar el itinerario previsto y tirar por el sendero que sale a mano derecha en el cruce. Bajamos rápido cada uno con su pellejo. Es un sendero ancho (1 metro aproximadamente) y pedregoso. Los mas rápidos se pierden de vista rápidamente. Yo voy bajando a mi ritmo y bien para mis posibilidades cuando de repente... de nuevo... pissssshhhh (la madre que me pario)... pinchazo y radio partido (tengo la negra con estos senderos y los radios). Reparo el pinchazo e hincho la cubierta (como los hombres... por supuesto) y continuo la bajada hasta empalmar con la pista ya casi a la altura de Castala donde me esperan el resto de compañeros de ruta.

Dos minutos más y estamos donde dejamos los coches. Una ruta corta, entretenida, sin pasar mucho calor y con sus sendillas y bajadas pertinentes con la cual (esta vez si) finalizo mi temporada hasta después de la feria de Almeria.

Para rematar unas cervecillas en un tercer tiempo entretenido, vigilando la bici de Juan Diego en la baca de su coche donde la acechaban miles de ojos de personajes operados a lo Michael Jackson. Te libraste porque el aluminio no se cotiza muy bien en las chatarreras y porque estaban como locos mirando el resplandor de la pinza de freno de Álvaro que si no...



“Habia cervezas pero las escondimos para la foto"



Bueno esto fue todo y como dice el Mengu.
Nos vemos... si no nos quedamos ciegos...



Ruta en bici 266328 - powered by Bikemap


 

 
¡¡¡¡NUEVO VÍDEO: SENDEROS DE CASTALA. VER SECCIÓN DE "VÍDEOS "LOS DEL UNO UNO"" EN LA BARRA LATERAL!!"
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