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domingo, 6 de septiembre de 2009

LAUJAR - EL BUITRE - LAUJAR: historias de superación.

Hola tí@s,

Los kilómetros empiezan a acumularse en nuestras piernas. Las salidas ya son una lista considerable. Los lugares conocidos empiezan a ser bastantes. Y la esencia de un auténtico biker empieza a empaparse en nosotros.

Ya no se sale únicamente para "soltar piernas", para dar unos cuantos pedales, la gente quiere retos, la gente va a por ellos, y con más o menos esfuerzo la recompensa llega.

Lo del mountain bike empieza a introducirse en tí de verdad cuando te planteas subir poco a poco de escalón. Primero aumentas kilómetros, luego quieres conocer la adrenalina del descenso, enseguida te "pica" coger la bici entre semana, y poco a poco los retos de culminar ciertas rutas es la satisfacción plena.

Si unimos todo ésto a la inconsciencia, la cabezonería, y las ansias de superación tenemos a un auténtico cucaracha.
Si gente en inactividad durante un cierto tiempo, insconscientes medio lesionados o chalaos de la cabeza que pasan el día montando en bici, planean subir la cuota más alta en bicicleta de la provincia de Almería, la cosa es digna de estudio.

Pues así se planteaba el día.
Volvían al grupo Javi y su prótesis biónica de tobillo, y Morales con su sobrepeso veraniego (sigues siendo la más guapa del grupo, no te apures...). Y repetíamos Carpi (con resaca todavía), Tomás, directamente desde Ohanes, y yo, con el sabor a Mojito aún en el paladar.

Mira que yo dije de hacer algo light para dar la bienvenida a los cucarachas que estaban de regreso, pero entre que Tomás andaba por la zona y propuso la subida al Buitre, y que Morales sigue con los efectos de alguna droga psicotrópica experimentada en vacaciones (si no, no hay explicación a que una persona estudiosa de las rutas se meta en este enbolao...), quedamos en Laujar para iniciar un etapón camino al Buitre y la Polarda (ay, ay, ay... todavía me duelen las piernas de la subidita...).

Javi me recoje. Voy pinchado. Así que habrá que hacer mecánica rápida en el padock de salida. Llegamos temprano en el SuperOpel (corta el viento el ioputa. Algún día reventará de la tralla que le mete The Doctor), y ya está allí Tomás, con sus luces, proviniente de Ohanes, protegido del frescor de la mañana y con los ánimos a tope en vista del día que le espera: Ohanes - Laujar - Polarda - Buitre - Ohanes - Adra (no estoy vacilando).

Mientras arreglo en un plis - plas el pinchazo, la nostalgia embarga a Javi recordando aquellas noches, aquellas madrugadas, aquellos amaneceres en el lugar. La puerta de Andarax Río (la discoteca de Laujar), hace que afloren en la memoria recuerdos de gestas pasadas, de borracheras memorables, de visitas a "sitios apartados"... Su vida está cambiando. ¿Quién le hubiera dicho al pobre hombre que algún día iba a cambiar el vaso de whisky a las 8 de la mañana por la bici? Ésto sí que es una historia de superación...

Llega Morales y llega Carpi. Carpi con las ojeras hasta el cuello. Dura noche ha pasado el menda. ¿Cubalibres o noche en vela haciendo de entrañable papaito?
Y Morales iniciando su ritual de costumbre: estirando, buscando sensaciones de desentumecimiento de piernas, embadurnamiento de vaselina para hacer desaparecer el mayor rozamiento posible de aire... cosas inútiles que no evitarán el sufrimiento más absoluto.

Nos ponemos en marcha dirección a la Villa Turística de Laujar (cerrada por problemas vete tú a saber de qué). Empezamos por asfalto, y la primera en la frente.
¿Así va a empezar la cosa? ¿Estos rampones para iniciar la ruta? No, estos rampones para el inicio, para el medio y para el final...

PASANDO POR LA VILLA TURÍSTICA DE LAUJAR

Cogemos la pista forestal y nada tiene que ver con la del río que tantas veces hemos frecuentado. Ésta es de piedra suelta, con mucha gravilla, y no se rueda con facilidad como sería nuestro deseo.
Vamos todos junticos con el ay en el cuerpo intuyendo lo que nos espera. Entre anécdotas de "prospecciones" en ciertos lugares corparales de alguno del grupo, proyectos de creación de club y crítica feroz y mordaz de los ausentes, vamos subiendo las primeras rampas no sin dificultad.
El inicio es medianamente duro, pero el ritmo es asumible por todos, así que no hay desbandada.


FONDÓN A LO LEJOS

CALENTANDO MOTORES

Pero la cosa no seguiría igual. La carretera pone a cada uno en su lugar, y las pendientes hacen que la gente se abra de patas. Tomás y yo nos vamos para arriba a un ritmo alegre pero no demasiado exigente, y el grupo del quejío (Javi, Morales, y Carpi: si es que no parais en tó el camino: un tirón aquí, me duele el tobillo por allá, no siento el culo de la noche anterior...), un poco más atrás.

Cuando se pide tiempo para comer, para alimentarse, mal pinta la cosa. Sólo llevamos horica y media y ya quieren parar... Nada, para arriba, que ya queda poco: ja, ja, y mil veces ja...

Les apretamos para que continúen y me quedo atrás con Morales para darle un poco de ánimos, o más bien quitárselos, porque el ver a Tomás solico tirando para arriba abriendo grupo, demarro y voy en su caza.
Lo que creo que es el inicio de un llaneo tras una curva es mi objetivo para darle alcance, así que pongo mi marcheta y en su busqueda. Casi llego a la par de él al punto que me marqué, y lo que me encontré no era llaneo, no era falso llano, ni invertido ni ná de ná, era la cuesta más grande jamás subida por una cucaracha, era "La Cuesta del Encinar" (allí no había ni encinas ni ná, en esa pendiente no crece un carajo, pero se llana así).
Los güevecillos se nos quedan como canicas, a algunos se les suben a la garganta, otros cambian de color sospechosamente, pero es el único camino. Al llegar a Laujar echaríamos una instancia para que pongan unas escaleras mecánicas, pero por ahora la única manera de subir es por ahí.

¡¡A por ella!! Salgo en uno cuatro, bajo piñones a uno tres, a uno dos, a uno uno, sigo pulsando la maneta del cambio, ¡¡por Dios que ya no hay más!!, pongo el pecho horizontal al cuadro de la Jamilda, meto la cabeza en el manillar, y metro a metro, centímetro a centímetro vamos para arriba.
Ni mirar para atrás puedo, ni mirar para delante tampoco, la mirada clavada en la rueda delantera, echando el mayor peso posible encima de ella para que no se levante y me descabalgue.
El terreno está muy muy suelto. No hay piedras grandes, pero tampoco hay zonas limpias que te permitan rodar con facilidad. La subida es supertécnica, y aparte de tener fuerzas hay que saber desenvolverse sobre este terreno.
No es una zona de muchas curvas. Las rectas son medianamente largas, aunque las curvas que te encuentras hacen que crezca en tí la ilusión por acabar pronto, y seguidamente hacen que la realidad te dé un bofetón enorme al encontrarte la continuación de la pendiente.

Sigo subiendo encima de la bici, cuesta la cuesta, pero sigo. No hay que descuidarse lo más mínimo porque la más mínima variación de la rueda delantera hará que tenga que poner pie a tierra. Y lo tuve que poner. Fue imposible volver a la trayectoria y claudiqué.
Intento subir a la bici y empezar a dar pedales. Imposible. Así que ya os podeis imaginar la pendiente.
Por detrás no aparece nadie, y justo antes de volver a intentar con éxito subir de nuevo a la bici, veo aparecer a Tomás. Éste sube a pie tirando de su "señora", y por detrás el grupo del quejío haciendo úso de cuerdas, piolets y demás útiles de montañismo ascendiendo cuesta arriba.

Otra vez estoy encima de la bici y la pendiente sigue siendo bestial, pero ya queda poco.
Al final de la subidita hay un cortijo, y a la sombra de unos pinos decido parar a reponer fuerzas.
Para que os hagais una idea: el Peñon de Bernal es el hijo pequeño de la Cuesta del Encinar. No digo más.

Poco a poco van llegando cadáveres al sitio de parada, y aquí ya sí pararemos a comer.

AL FINAL DE LA CUESTA DEL ENCINAR

(ver manchas blancas sospechosas fruto del sobreesfuerzo)

Reemprendemos la marcha y una nube de duda empieza a girar en torno al grupo. ¿Cuándo se ha visto a una cucaraha dudando de sus retos? ¿Cuándo una cucaracha ha dejado a mitad un desafío? Son todo palabras vanas fruto del cansacio, así que las dejaremos pasar y las tomaremos como un simple resultado de la congoja y el dolor de piernas.

La zona ahora es de falso llano (del de verdad), incluso con alguna pendiente negativa, pero nada que nos produzca satisfacción, porque todo aquello que bajemos será algo más que tengamos que subir en busca de los 2.465 metros de La Polarda, del Buitre o de donde demonios estuviésemos...(vaya mierda de guía que llevábamos).

SE ACABÓ EL FALSO LLANO

Otra vez a subir. Como diría aquel sabio: ¡¡cogontolmelón!! Auténtico mountain bike. Y nos encontramos ante el primer cruce del camino. O bien dirección Los Cerecillos o bien dirección La Polarda. Como es evidente, aún no hemos terminado de subir. Otra vez para arriba.

Cuando la carretera se empina se hace el silencio, cada uno tira de lo que puede y lo que era en un principio ganas de bicicleta se transforman en deseos irrefrenables de la mayor colitis vista y por ver para el que propuso la ruta. ¡¡Qué se la repartan esta vez Morales y Tomás!! ¡¡Malas pécoras!! Yo al menos voy bien físicamente, otros no podrán decir lo mismo.
Carpi empieza con los calambres, Morales como buen samaritano (o más bien viendo el cielo abierto para coger un poco de aire) se para a auxiliarlo, Javi se queja de la parada pero seguir no sigue, descansa. Tomás sí es el que sigue. Y yo voy a por él.

Nos vamos los dos en solitario, no demasiado rápidos, pero con alegría, y es ahora cuando empieza a funcionar la superprótesis biónica de The Doctor. Lo tenemos a rueda. O bien estamos hechos unos piltrafillas Tomás y yo, o bien Javi se ha tomado alguna sustancia rara a las puertas de la discoteca rememorando viejas batallitas y los efectos les están apareciendo ahora.

Llegamos a otro cruce, o bien dirección Ohanes, o bien para La Polarda.
Desde aquí las vistas son increíbles. Tenemos toda la Sierra de Gádor enfrente nuestra, con las majestuosas antenas de Nuevo Mundo en lo más alto. A pesar de estar ya por encima de los 2.000 metros (cota de Nuevo Mundo), la sensación es que ese punto está más alto.
Reagrupamos y seguimos dando pedales.

SIERRA DE GÁDOR AL FRENTE

"REFLEXIONES DE UN ERMITAÑO"


Los tres junticos. Por detrás Carpi y Morales arrastrarán su cuerpo y su bici el resto del día.

CADÁVERES ANDANTES...

Los kilómetros empiezan a acumularse y nuestro ascenso se va acabando. Tenemos cerca ya La Polarda, el Buitre, Cerro Almirez, todas las montañas de la zona, y el paisaje, con la aproximación a estos lugares, va cambiando.
Nos situamos justo en el inicio de las zonas despejadas de pinos. Empieza el matorral bajo, fruto de la altura a la que estamos, y justo en este límite nos encontramos el desvío a La Polarda.
Para arriba.

DESVÍO PARA LA POLARDA

Yo me despego rápidamente, y sospechosamente Javi pasa a Tomás. El puesto forestal en la cima del pico es la engañosa referencia del final de la ascensión. Lo vemos cada vez más cerca, pero cada vez parece que se aleja más. Nunca llega, y a pesar de que me encuentro bien de piernas, las ansias por coronar hacen que no vea la meta.

Javi ya viene bastante más atrás y poco después Tomás. Mi llegada al puesto rompe la soledad y tranquilidad del trabajo del guarda forestal.

El guarda me dice que estamos en el Buitre, aunque consultando el mapa, realmente creo que llegamos a La Polarda, aunque más tarde pasaremos a las faldas del primer pico.
Me explica un poco en la situación en la que estamos. Al norte la Sierra de los Filabres, con los pueblos de Escullar, Abrucena, Abla y Fiñana a nuestros pies, al oeste Sierra Nevada y al sur la Sierra de Gádor. Las vistas y la tranquilidad son indescriptibles y ahora los momentos de sufrimiento se convierten en momentos de satisfacción. Ya estamos todos, los cinco, los insconcientes, los cabezones, los lesionados, y todos juntos en la cima más alta para subir en bici de la provincia de Almería: una buena historia de superación: "Los del Uno Uno" vamos engrosando nuestra leyenda.

PUESTO FORESTAL

LOS FILABRES: Fiñana, abla, Abrucena y Escullar


2.465 metros: UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN

Se va haciendo tarde y las historias de siempre se repiten: "Ya llego tarde a comer", "Voy a llamar a mi mujer para avisarla"... Perdíos de la mano de Dios, a 2.465 metros, ni cobetura ni ná... Hay que hacer un mocho para comprar una antena portátil y echársela a alguien al camelbak para que la gente no se agobie y tenga cobertura constante... O éso, o no llevar móvil...

La bajada será distinta para Tomás y para nosotros. Él irá para Ohanes y nosotros dirección Laujar, así que nuestros caminos se separan.

Nuestros primeros kilómetros son de llaneo, pasando a las faldas del Buitre y de Cerro Almirez (casi los podemos tocar con las manos), y de vez en cuando nos encontramos algún repechillo que nos corta el ritmo.


Las fuerzas van justas pero lo peor ya ha pasado, o éso al menos creíamos. Yo pensaba que nos habíamos equivocado, que éso era imposible, que después de 25 kms. más o menos de subida, ya era tó bajar, que a quién se le ocurría poner esa cuesta en mitad de nuestro camino.. ¡¡¡Venga ya!!! Yo me quedé clavao, pero clavao clavao, sólo me faltó echar raices allí mismo. Ni uno cuatro, ni uno tres, ni ná de ná... Mi mente no estaba preparada para aquello, pero rápidamente nos rehicimos y había que hacerlo.
Menos mal que fue corta, que si no...

Y ya sí era todo bajar. Sólo por pista. Era tarde y no podíamos entretenernos en hacer algún que otro sendero. Hoy no era el día. Así que había que entretenerse pista abajo.
El descenso no fue vertiginoso, fruto de nuestra escasez de fuerzas, pero yo al menos intenté seguir aprendiendo a trazar las curvas. Al menos estuve entretenido.

Pasamos un cruce, otro, seguíamos las indicaciones de Morales. Apartamos la vista del cruce para el Aguadero. Con todo el dolor de nuestro corazón, hoy no se podía. Y poco a poco nos acercábamos a Laujar.

Llegamos al sitio de inicio sobre las tres de la tarde más o memos, y como es constumbre la despedida fue corta por las prisas que teníamos ya de llegar a casa.

Como diría el otro: ¡¡¡¡¡ETAPÓN!!!!!, pero etapón de los que hacen historia, de los que debe de pasar un cierto tiempo para repetirla, al menos hasta que se nos olvide el sufrimiento pasado, aunque siempre nos quedará la satisfacción conseguida.

Bueno cucarachas, próximo reto Velefique, y recordad que el 26 nos espera el Veleta.

Coged aire, coged fuerzas y...

Nos vemos... si nos miramos...


Ruta en bici 305146 - powered by Bikemap




 
¡¡¡¡NUEVO VÍDEO: SENDEROS DE CASTALA. VER SECCIÓN DE "VÍDEOS "LOS DEL UNO UNO"" EN LA BARRA LATERAL!!"
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