"LOS DEL UNO UNO" HACEN MUDANZA...

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domingo, 27 de septiembre de 2009

SUBIDA AL VELETA: aventuras y desventuras de unos cucarachas en Sierra Nevada.

  • CAPÍTULO I: de cuando "Los del Uno Uno" hacen noche en el campo...
Semana ajetreada con el móvil, de continuas visitas a páginas web metereológicas, de dimes y diretes en cuanto "ahora voy, ahora no voy...", Javi martilleándome con que hay que ir, que dá lo mismo el tiempo, Morales con dudas, Boluko decidido, Juan temeroso, Nayo con Javi, y yo capeando el temporal de tantA opinión...

Así que, después de esas dudas y vacilaciones, haciendo honor al gran lema de la peña, ¿quién dijo miedo? Se va.

La gente de El Ejido por un lado: Javi, Nayo, Juan y yo, con mi furboneta hasta los topes. Morales en su coche, pues el camino de vuelta era para Albanchez (allí está la hermita de Hirmes, ¿no?... ). Y boluko en la Bolukoneta, preparada para la ocasión, convertirda en una furgo-roulotte digna del hippy más pijo.

Todos salimos sobre las 8 y media de la tarde del viernes dirección Capileira y el obetivo era llegar a una hora prudente para que nos dieran de comer en algún bar del pueblo.

Pues éso, viaje entretenido, comentando sensaciones para el día siguiente, pensando en el bocadillo que nos íbamos a jalar, y recordándole a Pantani que no, que no nos íbamos de fiesta, que se podía haber ahorrado el modelito: camiseta topeguay, vaqueros de pitillo, zapatillas de bailarina, "calzones caíos"..., todo un dandy, el metrosexual del grupo, nuestro auténtico CR9...; pero bueno, que si el chico iba vestido para la ocasión, que no pasa nada, que aquí miedo a la noche no hay, y que si hay que hacerle el gustico al niño y lucirlo por Capileira, pues se le luce... Pero la sangre no llegó al río, y a pesar de los amagos de más de uno, cumplimos honradamente y nos portamos como gente seria y formal...

A la altura de Torrenueva esperamos a Morales que venía poco después para ir todos junticos, y cuando lo vemos aparecer el miedo, el pánico, la congoja nos embargan cuando lo vemos falto de luces (básicamente de las del coche..., de las otras no hablamos). ¡¡Madre mía!! Este tío cómo se dé cuenta se pone aquí mismo a arreglar el "entuerto". Si con un simple ruidito en la bici arma la de dios es cristo, imagínate con este percal. ¡¡Rápidamente!! Estrategia: "Juan, en cuanto se baje Morales del coche te apoyas en su faro roto pa´que no lo vea. Javi y yo tenemos que buscar algo que lo distraiga, que no le haga fijarse en la avería... Piensa, piensa... ¡¡Solución!! Nayo, plántate en la acera, donde se te vea bien, apartado del coche, que tenemos que meternos con tu look... Que vas mu guapo y tó lo que quieras, pero te tienes que sacrificar en pos de la peña"
Y funcionó.
Así que todos a los coches que el estómago nos estaba pidiendo batalla.

Dos horas y pico después de salir, y después de liarnos en el camino (Morales sin Gps no es nadie. Nosotros nos fiamos de él y nos lió el mu gañán...), estamos buscando comida en Capileira.
Boluko se va directamente al sitio de acampada a comer, pero nosotros somos gente de bares, así que 4 bocatas de lomo completos y 1 completo sin lomo, unos tubicos fresquitos, "reset" en nuestra memoria y un par de horas después estamos montando las tiendas.

Llegamos a la barrera que delimita el acceso a los coches al parque de Sierra Nevada, y allí montaremos tiendas y haremos noche, bajo un cielo espectacular que no imaginaba la transformación que iba a sufrir al día siguiente, aunque oiendo lo que salía del cuerpo de más de uno, se puede llegar a comprender los efectos que tales gases pueden acarrear en el medio ambiente...

CAMPAMENTO BASE

  • CAPÍTULO II: de cuando "Los del Uno Uno" se ponen en marcha...
Bien temprano todos en pie. Unos más que otros, pues cierto biker debería poner su primera semillita del día: la zona del poniente almeriense está más que acostumbrada, ahora Granada iba a conocer los despojos de "El hombre de vientre flojo".

No eramos los únicos locos del lugar, y los aparacamientos estaban llenos de gente haciendo noche allí para reemprender bien temprano un duro día de senderismo.
La montaña es fraternidad, camaradería, buen rollo, y uno está allí para disfrutar del lugar y para ayudar a todo el que se preste, incluso a aquella muchachica que necesita fuego: pa´liarse un canuto, pa´echarse un pitillo u pa lo que sea, pero hay que ayudar de buen agrado. Y si alguien te levanta a las 7 de la mañana diciendo que necesita fuego, que no es por joder, que no es por fastidiar, es porque hace falta.
Así que Juan, pensando que en la Bolukoneta habría de tó, pues va en busca del Boluko por si acaso había un llesquero por allí, y el hombre, duro de despertar, mal pensado en cuanto a las intenciones de Juan, despierta a la bestia y a su mala follá: "¿¿Fuego?? ¡¡En la punta del cip..."
¡¡Aleluya!! Tenemos superpoderes en la peña: "el hombre del cipote incadescente"... Lo tendremos en cuenta... (por cierto, imaginad la cara de la chavala al escuchar tal respuesta... De película de miedo...).

Pero bueno... Anécdotas aparte, que siempre alimentan la pluma viperina del que suscribe, centrémonos en la jornada de bici.
Tardamos más de la cuenta en salir: preparar comida, montar bicis, arreglos de última hora (éso se hace en casa malditos)..., pero a las 8, media hora después de lo previsto, estamos dando pedales.

PREPARÁNDONOS PARA SALIR (hombre luciérnaga incluído)


La zona enamora desde el principio, y tanto el pasar por zonas pobladas de pinos, como por zonas despejadas de vegetación alta, hace que todos nos quedemos maravillados con las vistas.
La temperatura es fresquita, sobre los 10, 11 grados. Todos atabiados con la ropa de invierno: culotte largo y chaqueta de piel de borrego, todo a estrenar, todos tan bonicos: la mancha naranja invadiendo Sierra Nevada, "Los del Uno Uno" abriendo fronteras.

YA CASI ERES UNA CUCARACHA...

LA QUE SE AVECINA...

Empezar siempre es difícil, y yo tengo el cuerpo tonto. Me duele la cabeza, un poco los ojos... De la altura todavía no puede ser, estamos mu bajos, así que exprimo mi memoria para intentar averiguar que puede provocarlo... Yo anoche no hice nada, al menos no me acuerdo, así que supongo que habré dormido mal... ¡¡Vaya calamidad de tío!!
Pero esta gente no te da tregua, así que no hay que mostrar debilidades, hay que poner cara de machote y dar pedales.

A los demás también les cuesta, y aprovechan la leve subida de la temperatura tras la salida del sol para parar y quitarse algo de ropa.

La subida no se hace a un ritmo alto, ni mucho menos, más bien soportable por todos, y el objetivo es disfrutar del día, de las vistas, e intentar hacer la etapa lo más juntos posibles, aunque evidentemente la carretera siempre pone a cada en su lugar, y la aparición de las primeras rampas hacen que el grupo se estire y se rompa. Pero no hay piques, todavía...

¡¡CACHO CLUB VAMOS A FORMAR!!


  • CAPITULO III: de cuando empiezan las averías, el hambre, y el "vientre flojo" es algo genético...
Primeras rampas serias. Boluko lleva tiempo inactivo y se le nota, pero Morales como buen samaritano y excelente compañero se "queda a acompañarlo"... "Es que si no se va a amargar, lo va a pasar mal... ", ya ya... Y mientras tanto empieza a "marcar su territorio". Increibles los efectos de la alta montaña en la gente. Como si fuera un anillo de seguridad, el hedor que desprende su baja espalda nos privará de acercarnos a unos metros de él. ¡¡Lamentable Selarom!!
Javi y Juan van a un ritmo parecido, y a éste último se le nota la falta de kilómetros en las últimas semanas. Nayo se pega a mi rueda fruto de las ganas por llegar a El Ejido, descansar e irse de fiesta. ¡¡Vaya cantera tenemos!! Dando pedales y pensando en los mojitos que le esperan. ¡¡Grande!!

Y en uno de esos momentos de descanso, cuando estamo todos junticos, Morales, quién si no, descubre en ruido sospechoso en la bici de Javi: ¡¡vas sin pastillas de freno, criatura!! Si es que hay que estar más encima de la bici, revisarla de vez en cuando... Así que nuestro mecánico manos a la obra. Vas a tener que ir sin freno de atrás todo el camino. Tampoco lo ibas a necesitar mucho...

Y en ésto, cuando estamos ya casi terminando, sigilosamente, intentando no llamar la atención, "el vientre flojo" se apodera del primo. Pantani le pide disimuladamente material de limpieza a The Doctor, y continúa con la plantación familiar en el monte. ¡¡Alguien como tú perdiendo las formas. Con lo fino y recatado que eres, te dejas contagiar por esas costumbres!! Pero bueno, la naturaleza es sabia y hay que respetarla, así que piérdete de nuestra vista, aléjate del camino, quítate cualquier señal identificativa de la peña por si alguien te ve, y enfráscate en esa batalla entre tú y tus necesidades...

Avería medio arreglada, cuerpos más livianos, gentes a pie pasándonos a más no poder, y allí, justo en el comienzo de la ascensión a pie al Mulhacén, reemprendemos la marcha y nos disponemos a afrontar la parte dura de la subida.

Pasamos la segunda y última valla del camino, donde ya sí que es imposible el tránsito de coches.
La pista se vuelve más pedragosa y el estrecho camino hecho a base de pasos y pasos de senderistas, y pedales y pedales de bikers, evitan pillar todas las piedras que hay a lado y lado.
Si antes la temperatura subió un poco, ahora refresca algo más, y una ligera brisa hace que la sensación de frío aumente un poco, pero nada excesivo.

El grupo vuelve a dividirse como antes. Nayo se pega a rueda, hoy tiene su día, y mis sensaciones son mucho mejores que la otra vez que anduve por estas tierras.
Juan, un puntillo por debajo que de costumbre, aprende a dosificarse, y se olvida de aquellos jarreones de antaño "para entrar en calor". Poquito a poco para arriba, y Javi, cogiendo nivel después de la lesión, rueda cerca de él (creo que delante, pero no recuerdo...). Morales y Boluko un poco más atrás.

Son algo más de las 10 y media, y unas grandes piedras en el camino, nos sirven de sitio de reagrupamiento y de "jalamiento". El biker va a la montaña a sufrir, a disfrutar, a evadirse, a reirse, pero por encima de todo un buen bocadillo allí arriba es lo que más se disfruta. ¡¡Adios a las barritas, a los geles y a esas porquerías!! ¡¡Viva el bocata de jamón con queso!! Y aunque alguno todavía osa en sacar esos productos, "Los del Uno Uno" poco a poco estamos volviendo a los orígenes de la barra de pan con la tripa de spetec... ¡¡Comida sana!!

CON EL VELETA AL FONDO


Pero el biker, o más bien cierto biker, aparte de to´esas mariconás del disfrute, de las risas, del sufrimiento y tó lo demás, va al campo a lo que va: a esconderse detrás de un pedrusco, a utilizar un matorral como "puesto de siembra", a seguir agrandando su leyenda, y por tercera vez, y para no ser menos que el primo, se va, se pierde y se desahoga...

¡¡Vámonos que vamos justos de tiempo!!

  • CAPÍTULO IV: de cuando se afronta el resto de la subida...
Nos ponemos otra vez en marcha y el paso por las faldas del Mulhacén hace que el paisaje se convierta en algo peculiar. Montañas escarapadas a nuestro frente, unas lagunas semisecas en el fondo de un imponente barranco, y nosotros pedaleando ante el imponente y majestuso pico que vigila todo el parque: los 3.482 metros del Mulhacén nos observan desde allí arriba.
Estamos rodeados de montaña, estamos en las zonas más altas de la península, disfrutamos de las vistas, del paisaje, y ciertos momentos de camino algo más suave nos permite maravillarnos con lo que vemos.

Pero el cielo está cambiando, el aire viene un poco más fresco que antes, y se acerca una "nubecilla" negrusca por el horizonte. Uy, uy, uy...

El Veleta está escondido detrás de las montañas que tenemos enfrente, y será cuando las crucemos por un paso espectacular cuando apreciemos realmente dónde nos estamos metiendo.

PASO ENTRE MONTAÑAS

EL MULHACÉN AL FONDO

Sorteado este paso ya tenemos el final del camino ante nuestros ojos. Ya sí estamos rodeados plenamente de altas montañas. Ya sí estamos ante el último tramo de subida. Ya sí empezamos a verle las orejas al lobo del tiempo... Las primeras gotas de lluvia nos caen. Vienen y se van. Un preludio de lo que vendrá...

Boluko viene listo, Morales algo mejor, Juan sufriendo pero cogiendo un ritmo soportable, Javi delante de él, y Nayo pisándome los talones.

Estamos a las faldas del refugio Vivac de la Carigüela, y el paso por un sitio maldito me hace revivir desventuras pasadas. Como tres espectros veo las figuras de Boluko, Juan Carlos y Mark "abandonándome" en plena sierra. Los pelos se me erizan, se me ponen como escarpias, y al ir por delante del resto no dejo de echar la vista atrás esperando que sigan mi estela y no me hagan la misma jugada... Van pasando poco a poco, objetivo cumplido, ésta vez no me quedaré solico y abandonado.

El camino al paso del nevero que antes impedía andar en bici ahora sí está transitable y la llegada al refugio se hace sin contratiempos.

Por lo visto, esta vez sí vamos a coronar todos...

  • CAPÍTULO V: de cuando las cucarachas están a 3.396 metros.
Del refugio La Carigüela al alto del Veleta se sube por una pista semiasfaltada dejando la estación de Pradollano a nuestra izquierda. Pués por ahí, como machotes, afrontamos la última subida del día. La definitiva. La que nos llevará a nuestro objetivo: el Veleta.

Todos juntos en el cruce que o bien te lleva a nuestro pico, o bien a la estación de esquí. "¿Cuánto es de subida? ¿Es muy duro? ¿Habeis visto esa nube?" "Pues sobre 1 kilómetro (ja, ja y ja...), así que hay que subir con alegría".
Pues para arriba. Pongo un ritmo "alegre", pero sin llegar al "cachondeo". Pantani me sigue, va sobrado hoy. Voy calculando lo que queda viendo las siluetas de otros bikers que suben delante nuestra, y en una de esas revueltas cambio de ritmo. Nayo no se ceba. Me voy. Me pico con los que llevo por delante. Tengo que alcanzar a alguno. El ritmo no está mal (siempre hablando de nuestro nivel, claro), y poco a poco voy pasando esas pocas pero malditas curvas que te llevan a la cima. El camino se vuelve a convertir en tierra, se pone más duro. Paso a un biker, tengo a otro en el horizonte. Llego a la última recta, la peor, la que te deja sin aliento, la de la piedra suelta, la que te pide meter riñones y tirar de piernas para no caer. Adelanto a otro biker. La gente en este punto da lo que tiene, aunque se poco, y el pico que tenemos ya al alcance de nuestra mano nos transmite unas pocas fuerzas más para seguir dando pedales.
Y se acabó la subida.
Ahora a pie, bajado de la bici, un pequeño camino hecho en la roca que nos llevará a nuestro objetivo.
Uno llega exhausto, pero es gratificante. Lo mejor de la bicicleta: cumplir tu objetivo, llegar, a tu ritmo, pero llegar, no desfallecer.

Gentes en bici, a pie, españoles, extranjeros, jovenes, viejos, hombres, mujeres, perros, ¡¡CUCARACHAS!!... Todos allí arriba, pidiendo número para echarse la foto en el punto geodésico.
Y el resto va llegando poco a poco. No hay palabras, no hay aliento. Javi despotricando con su bici, Boluko blanco como la cera, Morales sacando comida para volver a ser persona, Nayo hacieno la llamadita del amor para informar del día, y Juan disfrutando de las espectaculares vistas.


  • CAPÍTULO VI: de cuando hay situaciones en las que no sabes si reir o llorar.
Y la estampa la siguiente: a un lado Sierra Nevada y sus estaciones de esquí, al otro un imponente cortado, un barranco sin fin, y encima nuestra una nube, La Nube. El barranco ya ni se ve, el cielo se cierra sobre nosotros. ¡¡Qué viene, qué viene!! Comed rápidamente, cambiaros de ropa, echad las fotos ¡ya!, pies pa´ que os quiero. Vámonos que nos pilla... Que nos pilla, que nos pilla, que nos ha pillao...

Bajamos con presura por la pista semiasfaltada. Los dedos ni los siento. Azotandome cual jinete en el culo para intentar calentar lo incalentable. Ni frenar puedo. Bikers orillaos con las manos echicas polvo. Un frío de la ostia en mitad de esa nube.
Paramos en el cruce donde todos los bikers intentan entrar en calor. ¡¡2 gradicos!! Que no hay manera, que ésto no se calienta. Palmas, palmitas... Frota que te frota... Ni guantes de piel de borrego ni ná que se le parezca. Insufrible. Pero gente de recursos hay poca, y nosotros los que más:
SITUACIÓN NÚMERO 1: Boluko con las manos en los sobacos. Originalidad escasa. Funcionalidad media.
SITUACIÓN NÚMERO 2: Juan con las manos en la entrepierna por fuera del culotte. Encorvao vivo. Originalidad media. Funcionalidad media.
SITUACIÓN NÚMERO 3: Mengu (yo mismo) con las manos en la entrepierna por dentro del culotte. Originalidad alta. Funcionalidad alta. Estética deprovable.
SITUACIÓN NÚMERO 4: Morales urgando en su mochila sacando bolsas a más no poder (parecía un cajero del Mercadona el ioputa). Fuera guantes. Calcetines en las manos y bolsas encima de ellas. Originalidad única. Funcionalidad excelente. Estética de risa.
Y por último, la ganadora. Premio especial de jurado por su originalidad, falta de pudor, estética al más puro estilo Gila y funcionalidad extremadamente alta debido a la mezcla de técnicas:
SITUACIÓN NÚMERO 5: Javi empieza por meterse las manos en los sobacos, pasa a la entrepierna, no sabe lo que hacer para calentar sus espuestas orejas, copia la técnica de Morales:
calcentines en las manos, bolsas encima de ellas, y para completar la jugada, bolsa de plástico en la cabeza...

sin comentarios...

La gente flipaba, pero nosotros nos calentamos las manos, jejeje. Para abajo Morales, Javi y Juan atabiados con tan peculiar indumentaria.

VER DISTINTAS SITUACIONES...

  • CAPÍTULO VII: de cuando se disfruta de un descenso por pista.
Pues nada, imaginaros el percal. La situación de risa, cómica, pero nosotros bien calientes.
Ahora toca bajar, y salvo un par de tramos de subida, ya todo para abajo.
Embutidos en toda la ropa que teníamos. Bragas, impermeables, chaquetas, cortavientos... Todo servía para hacer frente al frío.
Un poco más abajo sube la temperatura: 3 grados, pero se nota que ya hemos salido de enmedio de esa nube.

Bajamos. Boluko sufre en las subidas. Va listo. Javi va sin freno trasero en la bajada, pero va el primero.
Y entretenidos para abajo. La pista tiene mucha piedra. Es como una verea ancha. Se baja no demasiado rápido, pero a un ritmo bastante bueno. Pasamos a varios bikers. Aprovechamos cualquier piedra para dar un saltillo.
Y se acaba el camino malo. Ahora pista limpia.
Si antes disfrutamos bajando por las piedras del camino, ahora lo hacemos porque empieza a llover. Poco a poco empieza a apretar, y una fina lluvia hace que el día sea redondo.
Las gotas molestan cuando te dan en la cara, pero nosotros como niños chicos disfrutando.
Juan aprovecha que la pista es limpia para darnos alcance: ¡¡Grande Cancellara!! Bajó a jopo y nos pilló, ¡inmenso!. A Boluko se le pasó la pájara y tiró para abajo, y así los cinco hicimos juntos todo el descenso.

Y por detrás Morales rezagado. Entre las averías que tuvo y su facultad por hacer amigos, llegó un buen rato después. Con su instinto animal a flor de piel y ese atractivo natural que tiene, las cabras, vacas y demás animalillos del monte salían a su paso para intimar con él. ¡¡Qué situación se hubiese dado si estos animalicos lo pillan soltero o sin prisas por llegar a casa!! ¡¡Algún día saldrán a la luz las intimidades en pleno campo!!

  • CAPÍTULO VIII: de cuando se termina la etapa en bici y empieza el ataque al plato.
Pues con esa lluvia dándonos la bienvenida a las coches, las prisas por cargar bicis y cambiarse de ropa aumentan. El hambre aflora y en lo único que piensa uno es en la comida que nos espera...

Repetiremos restaurante de la vez anterior, y unos buenas migas y unos platos alpujarreños bañados por una cervecica fría harán las delicias de Los del Uno Uno.

Cacho almuerzo nos pegamos, jartá de reir con esta gentuza. Y ya sólo nos queda lo peor: el camino de regreso a casa. Un par de horas de coche, para algunos preludio de una noche de sofá y descanso, para otros de una noche de fiesta y borracheras, y para otros alguna que otra hora extra más en el coche para llegar a su destino.

Pues nada tí@s, ésto es todo, que no es poco... más lo que se queda en el tintero...

Ala, nos vemos... si nos miramos...

 
¡¡¡¡NUEVO VÍDEO: SENDEROS DE CASTALA. VER SECCIÓN DE "VÍDEOS "LOS DEL UNO UNO"" EN LA BARRA LATERAL!!"
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