Hola ti@s,
¡¡¡Que no me entere yo que se vuelve a llamar, a insunuar o a pensar que somos unos cucarachas!!!
El día que nos pegamos Tomás, Javi, Canseco, Nayo y yo es de los que marcan época, o incluso de los que marcan el día en el que se cuelga la bicicleta; pero no, a nosotros nos sirvió como prueba de fuego para demostrarnos que esto de la bici nos gusta... Que sea lo nuestro es otra cosa, porque no veas los fieras que había, pero gustarnos, nos gusta, y de que manera, porque para pegarnos tal tute sin apenas bajarnos de la bici es de un auténtico chalao, y más teniendo en cuenta el poco tiempo que llevamos en ésto.
Ya llevábamos unos meses con la maratón en la cabeza: que si hay que entrenar entre semana, que si estamos flojos, que si vamos a llegar los últimos..., así que el gran día llegó y a las 8 y media con mucha puntualidad y no menos canguelo por lo que se nos presentaba, estábamos recogiendo los dorsales.
¡¡VAYA BICHARRACOS!!
Empezábamos a saludar a gente del mundillo: por allí andaba Álvaro de los Peñas Negras que se encargaría de llevar el quad, vimos a Javi Quiles (también de los Peñas Negras) que parece que se pegó una piña tó salvaje contra la ambulancia bajando un trozo de pista forestal camino de Celín (hasta parece que se quedó inconsciente y tó)...; y empezábamos a contemplar las "señoras de alta alcurnia" que se presentaron en el lugar (todos los bichos calentando como posesos y nosotros guardando fuerzas sentados en la acera). "Trex" de todos los sabores, Mondraker que quitaban el hipo, Scott maravillosas, Lapierre acojonantes..., pero entre todas ellas destacaban unas cuantas: una Mondraker azul en apariencia modesta (jeje, la mía), y una bici verde montada por un intimidador de la montaña: el gran Pantani... (a mí hasta me daba cosa ponerme al lado de esas bestias..., pero que coño, quedé por delante de muchas de ellas, con dos cojones).
Total, que a éso de las 10 y 10 empieza la salida neutralizada por las calles de El Ejido. Nos acomodamos en la cola del pelotón y a verlas venir hasta llegar a la salida oficial al comienzo de la subida a "El Águila". Y nada más empezar el primer percance: a Javi se le sale la cadena y se queda descolgado. Lo esperan Tomás, Nayo y Canseco, y yo un poco más adelante controlando a ver cuando llegan. Nos reagrupamos los cinco a poco de empezar a subir el peñón, y empezamos a conocer a gente: vienen de Guadix, de Huercal, de Almería..., y ninguno parece conocer lo que tenemos para abrir boca (pobres ilusos, jeje).
Y empieza la fiesta: primeras rampas del peñón y nosotros situados en la cola del pelotón... pero en la cola, cerrando grupo.
Así que aquí "cada uno por su pellejo" y yo pongo mi "uno uno" y poquito a poco solo y para arriba. Me encuentro bien y empiezo a pasar a los primeros descerebrados que habían apretado nada más empezar. No quiero fundirme y voy regulando mucho. Aún así se queda mucha gente atrás, pero el resto de "Los del uno uno" siguen cerca. Nos vamos controlando, pero ya sabemos que estas rampas son de ritmo y el coger rueda vale de poco.
Hasta la Fuente del Tartel voy solo para arriba y adelantando a unos cuantos bikers más y cuando llego a ésta y paro en el abituallamiento llega enseguida Tomás. También se siente bien.
Aquí empezamos a notar el primer y más grande éxito de la Maratón: la organización, a nuestro parecer, de 10. Se desvivían por atenderte, por llenarte los botellines, por darte frutas..., y a pesar de ser de los últimos y llevar allí unas cuantas horas, nos atienden de maravilla.
Cuando nos disponemos Tomás y yo a salir, llegan Javi y Nayo, que parece que van un poco tocadillos. Pero aguantan. Otra cosa no, pero en orgullo y amor propio no nos gana nadie, jeje.
La subida con Tomás hasta el Cortijo de la Cruz se hace más llevadera, y a pesar de que adelantamos a unos pocos bikers, la estampa nos recuerda a cualquier otro sábado: nadie por delante y nadie por detrás. Pero nosotros a lo nuestro, y a un ritmo de 8 ó 9 por hora, subidita constante.
A falta de unos 4 Kms. para la llegada al Cortijo decidimos tirar (cogimos a un colega de Huercal que también andaba bien y se pegó a nosotros). Empezó el frío, apareció el viento y decidimos tirar fuerte, pero fuerte fuerte, metiendo plato mediano en algunos tramos, levantándonos de la bici en algunas curvas..., pensando en el abituallamiento en el Cortijo.
Nos vamos acercando y el Cortijo desierto. Ni un alma. Ni abituallamiento ni ná de ná. ¡¡¡Cagoentó lo que se menea!!! Si es que no nos estudiamos el mapita y nos equivocamos. Con el tute que nos dimos... ¡¡¡Maldita sea!!! Yo pasé por el trozico de cesped enfrente del Cortijo y me salían lágrimas como puños de no poder tumbarme... Me acordaba de esa arma secreta que sacó el Morales allí y la baba me caía a chorros... Pero bueno, como hoy era un día para valientes había que seguir; con la moral por los suelos pero había que seguir, hasta encontrar el lugar real del 2º abituallamiento que estaba en el cruce para Fuente Alta.
¡¡¡Por Dios menos mal!!! Pensaba morirme. Me como no sé cuantas naranjas, un puñao aquarius, mucha agua... pero faltaron los plátanos (sin suspicacias mariconazos, que ya sabeis que son buenos pa las agujetas, jeje).
Descansamos un poco más y Tomás me salva la vida prestándome su impermeable. No llovía, pero entre el frío y el viento pensaba que iba a ser la segunda vez que asistía a una casi amputación a las faldas de Fuente Alta (el gran Boluko siempre en la memoria, jeje).
Así que no hay tiempo para relajarse y a subir la veredita. Aquí disfruto. Me encanta esta subida y me voy un poco hacia delante. Adelantamos a unos cuantos bikers más y nos disponemos a hacer el último tramo de subida del día: el inicio de "Los Caracolillos" de Fuente Alta.
Los que habeis hecho la subida pero no vinisteis ayer sabeis que es dura, ¿verdad?... Pues ayer, habiendo parado sólo unos 10 ó 15 minutejos desde la salida, no era dura, era infernal. ¡¡¡Maldita la hora de apuntarnos a este calvario!!! A mi que no me jodan pero los cabrones de los Peñas Negras le han echao relleno estos días y la han puesto más empiná..., porque era insufrible. Pero ojo, el menda en uno uno, pero no echó pie a tierra. Pensaba morirme, pero llegué al inicio de la bajada montado en mi "dama".
Llegué y me tiré al suelo como un lagarto: daba penica verme. Al ratillo llegaron Tomás y nuestro colega de Huercal.
Y empieza lo bueno: ¡¡¡¡A BAJAR!!!!
Me tiro el primero y abro hueco rápidamente. Adelanto a unos cuantos más, pero voy sufriendo, porque la mano ni la siento de tener el freno pillado (¡¡¡ay mamonazos que teneis frenos de disco hidraulicos si os vierais con unos v-brake..., os ibais a enterar!!!).
En la úlitma vereda antes de llegar a Clavero (está guapísima) hay un chaval condolido, y pensando que se había caído me paro a ver que tal. Estaba acalambrado, y a mi, por buen samaritano, se me contagia el acalambramiento. ¡¡¡Ay que dolor!!! No podía ni estirar las piernas ni encogerlas. Si estiraba alante se me montaba atrás, y viceversa... ¡¡¡Ay, ay, ay!!!
Así que me tiré unos diez minutos intentando recuperarme, por lo que me pasó Tomás y unos cuantos más.
Me recuperé medianamente y otra ver para abajo. Como dijo aquel sabio: "¡¡¡Me corto las piernas pero yo bajo!!!"
Las veredas están tremendas. Por más que las hace uno no se cansa. Las hago bastante bien: rápido y con pocos sustos, aunque hay algunas que están bastante trilladas después de pasar una panzá de bicis.
Así que disfrutando a más no poder, y no haciendo algunas de las míticas veredas de por aquí (supongo que por su dificultad), llegamos a una desconocida para nosotros: la vereda de la pantaneta: rápida con mucha piedra (ya le preguntaremos a Tomás si eran duras o no, jeje), giros de 180º, en algunos tramos pendientes pronunciadas..., pero sin duda una gran alternativa para obviar el paso por "La piedra del Morales".
Llegados al área recreativa de Celín cogemos el desvío para la subida a la Ermita, donde estará el último abituallamiento. El tramo está guapísimo, con subidas por veredas, bajadas estrechas, pero de dificultad baja.
En este abituallamiento estamos poco tiempo y nos damos cuenta de que vamos en nuestras predicciones en la hora de llegada: estamos en la Ermita a las 2 y media más o menos, y no somos los últimos, todavía queda un hormiguero de gente detrás nuestra.
Así que cogemos la Rambla del Bujo que nos llevará a El Ejido, previo paso por otro nuevo control (el primero era al inicio del descenso: en Fuente Alta).
Bajamos rápido, y se nos une gente que viene del recorrido A (ya hay que tener piernas para hacer semejante hazaña). La rambla es ancha y sin grandes dificultades, salvo el río de mierda que tenemos que cruzar (sí, mierda, pero encima de la que huele... lamentable, pero inevitable).
Terminada la rambla salimos ya a carretera asfaltada (sólo 2 ó 3 kms. Morales, casi ni nos enteramos), y aquí el Tomás tira de piernas. Como rueda el cabrón. Mira que yo soy cabezón, pero ni con ésas puedo seguirlo. El tío no afloja y yo tampoco, pero claro, ni por asomo muevo el mismo desarrollo que él... Un bestiajo, vamos.
Así que con poca pena y mucha gloria llegamos a meta. Tomás primero y a 20 segundillos de ná, llego yo, y os puedo asegurar, ¡¡¡y a mi Mondraker pongo como testigo, que nunca, pero nunca, nunca, nunca... jamás de los jamases estuve tan cansado!!!
Pa haberme matao: si no hubiese sido por el empacho de geles, barritas energéticas, plátanos, naranjas, aquarius..., y demás productos que engullí, me tiene que recoger el 061 de las cumbres de la Sierra de Gádor.
Pero como dos campeones allí estábamos Tomás y yo disfrutando de unos buenos macarrones y un cacho filete empanao que deboramos en 0,01 segundos..., y con una sonrisa de oreja a oreja tras darnos cuenta que nos habíamos portado como javatos.
¿Que Javi, Nayo y Canseco llegaron un poco después? Que más da... Javi con la rodilla lesionada, Nayo y Canseco después de casi un mes sin tirarse al monte. Total, que tuvimos mérito.
La organización de la carrera fenemonal. No hubo confusiones en el trazado, siempre gente en los cruces, nos atendieron de escándolo en los abituallamientos...: ¡¡Enhorabuena!!
Al final fueron 65 kilometricos, y para que veais que está justificada nuestra hazaña, un dato:
Si un sábado de los nuestros echamos unas 5 horas en hacer unos 40 kms. como mucho, Tomás y yo hicimos 4 horas 40 minutos, Javi y Nayo unas 5 horas, y Canseco unos 10 minutos más.
Así que, que nunca más se nos tache de cucaracha, carretero o algo por el estilo, porque se está fraguando una leyenda: "La leyenda de "Los del uno uno"".
Chavales, no hubo tiempo ni pa fotos, ni pa ná... Sólo para disfrutar y para sufrir (disfrutar al principio al ver tanta peña y al final como recompensa, el resto del tiempo (esas 5 horas) sufriendo como cabrones).
Así que, el listón está alto, y ya no se puede bajar, jeje... así que la próxima ruta es el Recorrido A...
Bueno vale... sin insultar... lo dejaremos para más adelante...
Muchachos, pensad en la próxima, y recordad, nos vemos... si nos miramos....
¡¡¡Que no me entere yo que se vuelve a llamar, a insunuar o a pensar que somos unos cucarachas!!!
El día que nos pegamos Tomás, Javi, Canseco, Nayo y yo es de los que marcan época, o incluso de los que marcan el día en el que se cuelga la bicicleta; pero no, a nosotros nos sirvió como prueba de fuego para demostrarnos que esto de la bici nos gusta... Que sea lo nuestro es otra cosa, porque no veas los fieras que había, pero gustarnos, nos gusta, y de que manera, porque para pegarnos tal tute sin apenas bajarnos de la bici es de un auténtico chalao, y más teniendo en cuenta el poco tiempo que llevamos en ésto.
Ya llevábamos unos meses con la maratón en la cabeza: que si hay que entrenar entre semana, que si estamos flojos, que si vamos a llegar los últimos..., así que el gran día llegó y a las 8 y media con mucha puntualidad y no menos canguelo por lo que se nos presentaba, estábamos recogiendo los dorsales.
¡¡VAYA BICHARRACOS!!Total, que a éso de las 10 y 10 empieza la salida neutralizada por las calles de El Ejido. Nos acomodamos en la cola del pelotón y a verlas venir hasta llegar a la salida oficial al comienzo de la subida a "El Águila". Y nada más empezar el primer percance: a Javi se le sale la cadena y se queda descolgado. Lo esperan Tomás, Nayo y Canseco, y yo un poco más adelante controlando a ver cuando llegan. Nos reagrupamos los cinco a poco de empezar a subir el peñón, y empezamos a conocer a gente: vienen de Guadix, de Huercal, de Almería..., y ninguno parece conocer lo que tenemos para abrir boca (pobres ilusos, jeje).
Y empieza la fiesta: primeras rampas del peñón y nosotros situados en la cola del pelotón... pero en la cola, cerrando grupo.
Así que aquí "cada uno por su pellejo" y yo pongo mi "uno uno" y poquito a poco solo y para arriba. Me encuentro bien y empiezo a pasar a los primeros descerebrados que habían apretado nada más empezar. No quiero fundirme y voy regulando mucho. Aún así se queda mucha gente atrás, pero el resto de "Los del uno uno" siguen cerca. Nos vamos controlando, pero ya sabemos que estas rampas son de ritmo y el coger rueda vale de poco.
Hasta la Fuente del Tartel voy solo para arriba y adelantando a unos cuantos bikers más y cuando llego a ésta y paro en el abituallamiento llega enseguida Tomás. También se siente bien.
Aquí empezamos a notar el primer y más grande éxito de la Maratón: la organización, a nuestro parecer, de 10. Se desvivían por atenderte, por llenarte los botellines, por darte frutas..., y a pesar de ser de los últimos y llevar allí unas cuantas horas, nos atienden de maravilla.
Cuando nos disponemos Tomás y yo a salir, llegan Javi y Nayo, que parece que van un poco tocadillos. Pero aguantan. Otra cosa no, pero en orgullo y amor propio no nos gana nadie, jeje.
La subida con Tomás hasta el Cortijo de la Cruz se hace más llevadera, y a pesar de que adelantamos a unos pocos bikers, la estampa nos recuerda a cualquier otro sábado: nadie por delante y nadie por detrás. Pero nosotros a lo nuestro, y a un ritmo de 8 ó 9 por hora, subidita constante.
A falta de unos 4 Kms. para la llegada al Cortijo decidimos tirar (cogimos a un colega de Huercal que también andaba bien y se pegó a nosotros). Empezó el frío, apareció el viento y decidimos tirar fuerte, pero fuerte fuerte, metiendo plato mediano en algunos tramos, levantándonos de la bici en algunas curvas..., pensando en el abituallamiento en el Cortijo.
Nos vamos acercando y el Cortijo desierto. Ni un alma. Ni abituallamiento ni ná de ná. ¡¡¡Cagoentó lo que se menea!!! Si es que no nos estudiamos el mapita y nos equivocamos. Con el tute que nos dimos... ¡¡¡Maldita sea!!! Yo pasé por el trozico de cesped enfrente del Cortijo y me salían lágrimas como puños de no poder tumbarme... Me acordaba de esa arma secreta que sacó el Morales allí y la baba me caía a chorros... Pero bueno, como hoy era un día para valientes había que seguir; con la moral por los suelos pero había que seguir, hasta encontrar el lugar real del 2º abituallamiento que estaba en el cruce para Fuente Alta.
¡¡¡Por Dios menos mal!!! Pensaba morirme. Me como no sé cuantas naranjas, un puñao aquarius, mucha agua... pero faltaron los plátanos (sin suspicacias mariconazos, que ya sabeis que son buenos pa las agujetas, jeje).
Descansamos un poco más y Tomás me salva la vida prestándome su impermeable. No llovía, pero entre el frío y el viento pensaba que iba a ser la segunda vez que asistía a una casi amputación a las faldas de Fuente Alta (el gran Boluko siempre en la memoria, jeje).
Así que no hay tiempo para relajarse y a subir la veredita. Aquí disfruto. Me encanta esta subida y me voy un poco hacia delante. Adelantamos a unos cuantos bikers más y nos disponemos a hacer el último tramo de subida del día: el inicio de "Los Caracolillos" de Fuente Alta.
Los que habeis hecho la subida pero no vinisteis ayer sabeis que es dura, ¿verdad?... Pues ayer, habiendo parado sólo unos 10 ó 15 minutejos desde la salida, no era dura, era infernal. ¡¡¡Maldita la hora de apuntarnos a este calvario!!! A mi que no me jodan pero los cabrones de los Peñas Negras le han echao relleno estos días y la han puesto más empiná..., porque era insufrible. Pero ojo, el menda en uno uno, pero no echó pie a tierra. Pensaba morirme, pero llegué al inicio de la bajada montado en mi "dama".
Llegué y me tiré al suelo como un lagarto: daba penica verme. Al ratillo llegaron Tomás y nuestro colega de Huercal.
Y empieza lo bueno: ¡¡¡¡A BAJAR!!!!
Me tiro el primero y abro hueco rápidamente. Adelanto a unos cuantos más, pero voy sufriendo, porque la mano ni la siento de tener el freno pillado (¡¡¡ay mamonazos que teneis frenos de disco hidraulicos si os vierais con unos v-brake..., os ibais a enterar!!!).
En la úlitma vereda antes de llegar a Clavero (está guapísima) hay un chaval condolido, y pensando que se había caído me paro a ver que tal. Estaba acalambrado, y a mi, por buen samaritano, se me contagia el acalambramiento. ¡¡¡Ay que dolor!!! No podía ni estirar las piernas ni encogerlas. Si estiraba alante se me montaba atrás, y viceversa... ¡¡¡Ay, ay, ay!!!
Así que me tiré unos diez minutos intentando recuperarme, por lo que me pasó Tomás y unos cuantos más.
Me recuperé medianamente y otra ver para abajo. Como dijo aquel sabio: "¡¡¡Me corto las piernas pero yo bajo!!!"
Las veredas están tremendas. Por más que las hace uno no se cansa. Las hago bastante bien: rápido y con pocos sustos, aunque hay algunas que están bastante trilladas después de pasar una panzá de bicis.
Así que disfrutando a más no poder, y no haciendo algunas de las míticas veredas de por aquí (supongo que por su dificultad), llegamos a una desconocida para nosotros: la vereda de la pantaneta: rápida con mucha piedra (ya le preguntaremos a Tomás si eran duras o no, jeje), giros de 180º, en algunos tramos pendientes pronunciadas..., pero sin duda una gran alternativa para obviar el paso por "La piedra del Morales".
Llegados al área recreativa de Celín cogemos el desvío para la subida a la Ermita, donde estará el último abituallamiento. El tramo está guapísimo, con subidas por veredas, bajadas estrechas, pero de dificultad baja.
En este abituallamiento estamos poco tiempo y nos damos cuenta de que vamos en nuestras predicciones en la hora de llegada: estamos en la Ermita a las 2 y media más o menos, y no somos los últimos, todavía queda un hormiguero de gente detrás nuestra.
Así que cogemos la Rambla del Bujo que nos llevará a El Ejido, previo paso por otro nuevo control (el primero era al inicio del descenso: en Fuente Alta).
Bajamos rápido, y se nos une gente que viene del recorrido A (ya hay que tener piernas para hacer semejante hazaña). La rambla es ancha y sin grandes dificultades, salvo el río de mierda que tenemos que cruzar (sí, mierda, pero encima de la que huele... lamentable, pero inevitable).
Terminada la rambla salimos ya a carretera asfaltada (sólo 2 ó 3 kms. Morales, casi ni nos enteramos), y aquí el Tomás tira de piernas. Como rueda el cabrón. Mira que yo soy cabezón, pero ni con ésas puedo seguirlo. El tío no afloja y yo tampoco, pero claro, ni por asomo muevo el mismo desarrollo que él... Un bestiajo, vamos.
Así que con poca pena y mucha gloria llegamos a meta. Tomás primero y a 20 segundillos de ná, llego yo, y os puedo asegurar, ¡¡¡y a mi Mondraker pongo como testigo, que nunca, pero nunca, nunca, nunca... jamás de los jamases estuve tan cansado!!!
Pa haberme matao: si no hubiese sido por el empacho de geles, barritas energéticas, plátanos, naranjas, aquarius..., y demás productos que engullí, me tiene que recoger el 061 de las cumbres de la Sierra de Gádor.
Pero como dos campeones allí estábamos Tomás y yo disfrutando de unos buenos macarrones y un cacho filete empanao que deboramos en 0,01 segundos..., y con una sonrisa de oreja a oreja tras darnos cuenta que nos habíamos portado como javatos.
¿Que Javi, Nayo y Canseco llegaron un poco después? Que más da... Javi con la rodilla lesionada, Nayo y Canseco después de casi un mes sin tirarse al monte. Total, que tuvimos mérito.
La organización de la carrera fenemonal. No hubo confusiones en el trazado, siempre gente en los cruces, nos atendieron de escándolo en los abituallamientos...: ¡¡Enhorabuena!!
Al final fueron 65 kilometricos, y para que veais que está justificada nuestra hazaña, un dato:
Si un sábado de los nuestros echamos unas 5 horas en hacer unos 40 kms. como mucho, Tomás y yo hicimos 4 horas 40 minutos, Javi y Nayo unas 5 horas, y Canseco unos 10 minutos más.
Así que, que nunca más se nos tache de cucaracha, carretero o algo por el estilo, porque se está fraguando una leyenda: "La leyenda de "Los del uno uno"".
Chavales, no hubo tiempo ni pa fotos, ni pa ná... Sólo para disfrutar y para sufrir (disfrutar al principio al ver tanta peña y al final como recompensa, el resto del tiempo (esas 5 horas) sufriendo como cabrones).
Así que, el listón está alto, y ya no se puede bajar, jeje... así que la próxima ruta es el Recorrido A...
Bueno vale... sin insultar... lo dejaremos para más adelante...
Muchachos, pensad en la próxima, y recordad, nos vemos... si nos miramos....
