Hola tí@s,
Ya era hora que tuviéramos un día tranquilo, jeje. Al menos así fue en cuanto a los kilómetros que hicimos. Pero empecemos por el principio...
Ya sabeis que no teníamos muy claro qué etapa hacer este sábado, así que la incertidumbre se ceñía sobre el grupo.
Ante las dudas que me rondaban, sutilmente dejé entrever un par de propuestas para que las mentes más perversas empezaran a elucubrar sobre ellas. Y los resultados no se hicieron esperar: "tengo un par de ideas por ahí", decía algún friki..., "vamos a subir al pico La Estrella", decía algún otro osado...; por lo que el objetivo estaba cumplido. A partir de ahora, con propuestas sobre la mesa sería fácil decidir.
Pero todas ellas desaparecieron cuando por esos parajes de Castala apareció Álvaro, el único, exceptuando Javi y Nayo, que conocían los senderos de Castala.
Así que todo estaba claro: hoy tocaba "verear".
Así que, sobre las ocho de la mañana empezamos a llegar poco a poco los osados que no temen al verano: "Tomazito", "SuperJuan 1925", "FrikiMorales", "ÁlvaroPeñasNegras", "SegioElNuevo", y uno mismo...; todos los demás ausentes unos cagaos, y encima cobardes, por no dar señales de vida (instalado en el cariño, jeje).
Pues nada, que allí los seis dispuestos a pasar una mañana previsiblemente corta pero intensa de Mountain Bike. Tomás poniéndome al día sobre nuestro próximo fin de semana de Subida al Veleta (cosa guapa); Juan rezando porque nos diera el punto de hacer una etapa con kilómetros (hoy no tocaba); Álvaro dispuesto a darse un paseillo para enseñarnos la zona; Sergio a verlas venir y comprobar la calaña inhumana con la que había osado salir en bici; yo con ganas de encontrarme alguna vereda en la que disfrutar...; y de Morales no digo nada..., o sí: nos dio a conocer la razón del odio que le procesa David..., dicho queda (esos colores le pegan más a mi Mondraker, que lo sepas).
Y empezamos a rodar todos juntitos para arriba.
Las primeras rampas cuestan. Estamos fríos y empezar subiendo siempre es más sufrído, pero tiramos para arriba.
Sergio, a pesar de ser la primera vez que viene con nosotros, no va mal. En nuestra línea. Y no desfallece. En cuanto a los demás seguimos en la línea de otros días.
¿Quién se acostumbra a las quejas de Tomás? ¿Quién no conoce los cambios de ritmo de Juan? ¿Quién entiende a Morales y Álvaro cuando se ponen a hablar de horquillas, cubiertas, carburadores y demás chismejos de las bicicletas?... ¡¡Ay Dios mío!! ¡¡No está pagao con dinero aguantar a esta gentuza!!
SALIENDO DE CASTALA
El ritmo no es demasiado fuerte, lo que permite que el grupo vaya relajado, y la pregunta fatídica comienza mucho antes de la mitad de la subida. Viene de cola de grupo. Suena un poco triste. Con voz de desfallecimiento: "¿Queda muchoooo?" Primeros síntomas de reventón. Pero el novato que las pronuncia aguanta como un javato y sigue a rueda.
Entre pedaleo y pedaleo concretamos con Tomás detalles de la inminete Subida al Veleta para el 1 y 2 de Agosto. Aperos necesarios, medios de transporte, gente del grupo... La cosa promete, y encima sale bien de pelas. Una experiencia única. A ver lo que sale con esta gente de Adra...
Y como no. Raro era. Lo echábamos de menos. "Iván" aprieta. ¡Cagontó! ¿No puedes ir tranquilico, a rueda, disfrutando de la conversación, y regulando una mijica? Pues nada. Y uno pues pica. Vámonos pa´rriba.
"SUPERJUAN 1925" ¡¡Qué estampa!!
Álvaro, el más fuerte de todos, pasa de nosotros. Por lo visto está enfrascado en una apasionante friki-conversación con nuestro "Carmonero" (tanta tecnología y tanto supercomplemento... ¡¡piernas pa´subir y cojones pa´bajar!!, y ya está...).
Pues Juanico y yo para arriba, a un ritmo alegre. Y como de costumbre, Juan se vacia. Pone un ritmo demasiado alto y cae de maduro. ¡¡Si es que no vas a aprender!! Mira a los veteranos como dosifican para arriba para no llegar fundidos... La experiencia es un grado (evidentemente no hablo de mí..., por si quedaba alguna duda).
Los lavaderos ya están ahí, y aunque la subida se hace con no excesivo calor, buscamos una sombra desesperadamente, para tomar un pequeño refrigerio.
Unos minuticos de descanso y otra vez para arriba. El inicio de las veredas estan a pocos kilómetros de donde estamos y algunos estamos ansiosos por empezarlas. Otros, acojonaicos vivos...
Esta pequeña subida se hace un poco más relajada, y ciertos personajillos echan de menos a sus amores de pedaleo. ¡¡Ay esas salidicas nocturnas cuantos secretos guardarán pa´la gente de la capital!! Aquí, la gente de "provincias", nos vemos superados ante esos idilios tan apasionados...
Pero asuntos del corazón aparte, "Los del Uno Uno" entran en territorio comanche. Zona inexplorada para nosotros. Álvaro nos guía por un cruce a izquierdas subiendo la pista forestal.
La zona es frondosa en pinos. Sombreada. Y por ahora, ideal para no padecer las inclemencias de la época: el calor. ¡¡Con lo bien que lo "pasamos" el sábado pasado por tierras de Enix entre pinchos, zonas sin sombra, cuestas con piedras y un sol que caía a pellejos!! Aquí, encima sopla una mínima brisa de vez en cuando. Ideal.
LLEGANDO A LA ZONA DE BAJADA
Y cogemos el desvío definitivo. Empieza la zona de bajada. Un camino un tanto malo nos lleva a mitad de un cortafuegos, el cual, plagado de pinchos por todos lados y alguna piedra traicionera en mitad de nuestra trazada, hace que pegue el primer reventón del día.
Se soluciona el tema rápido y otra vez para abajo.
Termina el cortafuegos. Empieza la vereda.
Álvaro nos avisa de que es una vereda bonica. Rápida, limpia, pero por la que hay que pedalear de vez en cuando, tanto para subir, como para hacer uno de tantos "falsos llanos" de ésos que le gustan a más de uno.
Boluko, mira que lo intentamos, pero no hay manera de encontrar una ramblica por aquí...
COMIENZO DE LA VEREDA
El primer tramo es durillo pero asequible. Hay que llanear y, por lo tanto, dar pedales. Aunque el paisaje es grato para la vista, la vereda en sí (estrecha, llena de árboles y alguna que otra piedra), hace que no te puedas descuidar ni un solo instante.
¡Qué se lo digan a Tomás! En uno de los primeros tramos fue al suelo, y como buen "adreño", si se cae, se cae; y encima deja una marca en el lugar: por allí andará todavía un trocico de espinilla, pasto de los jabalises y demás bichos de la zona... (cacho boquete te hiciste, gentuza).
Pero se sigue. Y empiezan las zonas rápidas de la vereda.
Si Álvaro se despegaga fácilmente de nosotros en el llaneo y en los repechillos de la vereda, cuando se empieza a bajar, lo único que vemos es una nube de polvo en la salida: "salida electrónica, de 0 a 100 en 0,01 segundos, tracción a las dos ruedas y a las dos patas, los frenos ni tocarlos, despliegue automático de alas para pasar por encima de algún que otro tranco..." ¡¡ANIMAL!!
Yo aprieto. Pero nada. Polvo y más polvo. Morales a rueda: ¡¡Pantani II!! Tomás por detrás, y Sergio y Juan un puntillo más lentos. Pero todos más o menos juntos.
Se alternan zonas de llaneo con bajadas rápidas. Pasamos un par de cruces. Subimos tramos a pie. Tirando de gemelos. Y llegamos a una zona perdida de la mano de Dios donde hay un pequeño chorro de agua.
Un pequeño refugio (pero pequeño de cojones) es lo que encontramos al llegar al lugar, y un poco más abajo el chorro de agua.
Como caída del cielo, por obra y gracia de esos dioses que cuidan la integridad física de los bikers, aparece por el lugar una latica de cerveza tó fresquita: ¡¡quién te cuidará a tí, Juan, que hasta te dejan cerveza en los avituallamientos para que no tengas faltica!!
Juan con su cerveza, y los demás llenamos algo de agua.
El lugar está frecuentado habitualmente, pues hay una galería minera con aperos actuales, como si alguien estuviera trabajando en el lugar.
Nos aventuramos a entrar en ella, pero cuando llevamos unos cuantos metros, el cague y la congoja, nos dicen que nos demos media vuelta, que allí no se ve final, y que la espeleología para otros días... Todo se andará.
"EL CEREZO": así se llamaba el lugar...
Vámanos que todavía queda un ratico.
Y ahora a andar en bici. El tramo es impracticable y hay que bajarse. Y como no. Otro pinchazo. Esta vez Álvaro pincha su rueda tubular, y con ganas de complicar la cosa parte la válvula. Ya te lo dije antes: ¡¡ANIMAL!! Así que a reparar.
La vereda continua y es un sube y baja continuo, y el camino nos lleva al último tramo del día. Una vereda conocida por todos. El final del tramo del camino de Cortijo Robles a Castala.
Curvas sinuosas, árboles en el camino, trancos ocasionales, curvas y contracurvas..., una gozada.
Y a mitad de tramo, otro reventón. Otra vez yo. Visto y no visto. Pa´bajo...
Y el final está ahí.
26 kilómetros. Etapa corta, pero en su mayoría de vereda, lo que la ha hecho entretenida. Ideal para el verano, y digna de repetirla cuando más apriete el calor, pues en su mayoría, el trayecto es sombreado.
Las sensaciones al final de la ruta son variopintas: Tomás preocupado con su "tajo" en la pierna; Juan con ganas de más kilómetros; Sergio encantado con el día (ya te llevaremos a pasar calor y penurias por esos montes de la Sierra de Gádor); Álvaro desenmonado por hoy de su adicción a la bici; Morales cumpliendo horarios de llegada a casa; y yo tan orgulloso de ver que bajo no demasiado mal con la bici que llevo...
Así que chavales, espero que esta semana deis más señales de vida, que os dejeis ver por aquí, y a ver si la vuelta de Javi anima al resto de la peña a salir el sábado. Yo, de momento, el jueves otra vez de nocturna (ver fotos al final). Un mundo apasionante (yo pensaba que la noche sólo era para dormir y emborracharse, jejeje).
Citando al gran pensador: ¡¡Ale gentuza!!...
Nos vemos... si nos miramos...
P.D.: Seguid leyendo, que más abajo llevais de regalo unas fotos de la nocturna..., para que se os pongan los dientes como espadas, jeje.
.jpg)
Ya era hora que tuviéramos un día tranquilo, jeje. Al menos así fue en cuanto a los kilómetros que hicimos. Pero empecemos por el principio...
Ya sabeis que no teníamos muy claro qué etapa hacer este sábado, así que la incertidumbre se ceñía sobre el grupo.
Ante las dudas que me rondaban, sutilmente dejé entrever un par de propuestas para que las mentes más perversas empezaran a elucubrar sobre ellas. Y los resultados no se hicieron esperar: "tengo un par de ideas por ahí", decía algún friki..., "vamos a subir al pico La Estrella", decía algún otro osado...; por lo que el objetivo estaba cumplido. A partir de ahora, con propuestas sobre la mesa sería fácil decidir.
Pero todas ellas desaparecieron cuando por esos parajes de Castala apareció Álvaro, el único, exceptuando Javi y Nayo, que conocían los senderos de Castala.
Así que todo estaba claro: hoy tocaba "verear".
Así que, sobre las ocho de la mañana empezamos a llegar poco a poco los osados que no temen al verano: "Tomazito", "SuperJuan 1925", "FrikiMorales", "ÁlvaroPeñasNegras", "SegioElNuevo", y uno mismo...; todos los demás ausentes unos cagaos, y encima cobardes, por no dar señales de vida (instalado en el cariño, jeje).
Pues nada, que allí los seis dispuestos a pasar una mañana previsiblemente corta pero intensa de Mountain Bike. Tomás poniéndome al día sobre nuestro próximo fin de semana de Subida al Veleta (cosa guapa); Juan rezando porque nos diera el punto de hacer una etapa con kilómetros (hoy no tocaba); Álvaro dispuesto a darse un paseillo para enseñarnos la zona; Sergio a verlas venir y comprobar la calaña inhumana con la que había osado salir en bici; yo con ganas de encontrarme alguna vereda en la que disfrutar...; y de Morales no digo nada..., o sí: nos dio a conocer la razón del odio que le procesa David..., dicho queda (esos colores le pegan más a mi Mondraker, que lo sepas).
Y empezamos a rodar todos juntitos para arriba.
Las primeras rampas cuestan. Estamos fríos y empezar subiendo siempre es más sufrído, pero tiramos para arriba.
Sergio, a pesar de ser la primera vez que viene con nosotros, no va mal. En nuestra línea. Y no desfallece. En cuanto a los demás seguimos en la línea de otros días.
¿Quién se acostumbra a las quejas de Tomás? ¿Quién no conoce los cambios de ritmo de Juan? ¿Quién entiende a Morales y Álvaro cuando se ponen a hablar de horquillas, cubiertas, carburadores y demás chismejos de las bicicletas?... ¡¡Ay Dios mío!! ¡¡No está pagao con dinero aguantar a esta gentuza!!
SALIENDO DE CASTALAEl ritmo no es demasiado fuerte, lo que permite que el grupo vaya relajado, y la pregunta fatídica comienza mucho antes de la mitad de la subida. Viene de cola de grupo. Suena un poco triste. Con voz de desfallecimiento: "¿Queda muchoooo?" Primeros síntomas de reventón. Pero el novato que las pronuncia aguanta como un javato y sigue a rueda.
Entre pedaleo y pedaleo concretamos con Tomás detalles de la inminete Subida al Veleta para el 1 y 2 de Agosto. Aperos necesarios, medios de transporte, gente del grupo... La cosa promete, y encima sale bien de pelas. Una experiencia única. A ver lo que sale con esta gente de Adra...
Y como no. Raro era. Lo echábamos de menos. "Iván" aprieta. ¡Cagontó! ¿No puedes ir tranquilico, a rueda, disfrutando de la conversación, y regulando una mijica? Pues nada. Y uno pues pica. Vámonos pa´rriba.
"SUPERJUAN 1925" ¡¡Qué estampa!!Álvaro, el más fuerte de todos, pasa de nosotros. Por lo visto está enfrascado en una apasionante friki-conversación con nuestro "Carmonero" (tanta tecnología y tanto supercomplemento... ¡¡piernas pa´subir y cojones pa´bajar!!, y ya está...).
Pues Juanico y yo para arriba, a un ritmo alegre. Y como de costumbre, Juan se vacia. Pone un ritmo demasiado alto y cae de maduro. ¡¡Si es que no vas a aprender!! Mira a los veteranos como dosifican para arriba para no llegar fundidos... La experiencia es un grado (evidentemente no hablo de mí..., por si quedaba alguna duda).
Los lavaderos ya están ahí, y aunque la subida se hace con no excesivo calor, buscamos una sombra desesperadamente, para tomar un pequeño refrigerio.
Unos minuticos de descanso y otra vez para arriba. El inicio de las veredas estan a pocos kilómetros de donde estamos y algunos estamos ansiosos por empezarlas. Otros, acojonaicos vivos...
Esta pequeña subida se hace un poco más relajada, y ciertos personajillos echan de menos a sus amores de pedaleo. ¡¡Ay esas salidicas nocturnas cuantos secretos guardarán pa´la gente de la capital!! Aquí, la gente de "provincias", nos vemos superados ante esos idilios tan apasionados...
Pero asuntos del corazón aparte, "Los del Uno Uno" entran en territorio comanche. Zona inexplorada para nosotros. Álvaro nos guía por un cruce a izquierdas subiendo la pista forestal.
La zona es frondosa en pinos. Sombreada. Y por ahora, ideal para no padecer las inclemencias de la época: el calor. ¡¡Con lo bien que lo "pasamos" el sábado pasado por tierras de Enix entre pinchos, zonas sin sombra, cuestas con piedras y un sol que caía a pellejos!! Aquí, encima sopla una mínima brisa de vez en cuando. Ideal.
LLEGANDO A LA ZONA DE BAJADAY cogemos el desvío definitivo. Empieza la zona de bajada. Un camino un tanto malo nos lleva a mitad de un cortafuegos, el cual, plagado de pinchos por todos lados y alguna piedra traicionera en mitad de nuestra trazada, hace que pegue el primer reventón del día.
Se soluciona el tema rápido y otra vez para abajo.
Termina el cortafuegos. Empieza la vereda.
Álvaro nos avisa de que es una vereda bonica. Rápida, limpia, pero por la que hay que pedalear de vez en cuando, tanto para subir, como para hacer uno de tantos "falsos llanos" de ésos que le gustan a más de uno.
Boluko, mira que lo intentamos, pero no hay manera de encontrar una ramblica por aquí...
COMIENZO DE LA VEREDAEl primer tramo es durillo pero asequible. Hay que llanear y, por lo tanto, dar pedales. Aunque el paisaje es grato para la vista, la vereda en sí (estrecha, llena de árboles y alguna que otra piedra), hace que no te puedas descuidar ni un solo instante.
¡Qué se lo digan a Tomás! En uno de los primeros tramos fue al suelo, y como buen "adreño", si se cae, se cae; y encima deja una marca en el lugar: por allí andará todavía un trocico de espinilla, pasto de los jabalises y demás bichos de la zona... (cacho boquete te hiciste, gentuza).
Pero se sigue. Y empiezan las zonas rápidas de la vereda.
Si Álvaro se despegaga fácilmente de nosotros en el llaneo y en los repechillos de la vereda, cuando se empieza a bajar, lo único que vemos es una nube de polvo en la salida: "salida electrónica, de 0 a 100 en 0,01 segundos, tracción a las dos ruedas y a las dos patas, los frenos ni tocarlos, despliegue automático de alas para pasar por encima de algún que otro tranco..." ¡¡ANIMAL!!
Yo aprieto. Pero nada. Polvo y más polvo. Morales a rueda: ¡¡Pantani II!! Tomás por detrás, y Sergio y Juan un puntillo más lentos. Pero todos más o menos juntos.
Se alternan zonas de llaneo con bajadas rápidas. Pasamos un par de cruces. Subimos tramos a pie. Tirando de gemelos. Y llegamos a una zona perdida de la mano de Dios donde hay un pequeño chorro de agua.
Un pequeño refugio (pero pequeño de cojones) es lo que encontramos al llegar al lugar, y un poco más abajo el chorro de agua.
Como caída del cielo, por obra y gracia de esos dioses que cuidan la integridad física de los bikers, aparece por el lugar una latica de cerveza tó fresquita: ¡¡quién te cuidará a tí, Juan, que hasta te dejan cerveza en los avituallamientos para que no tengas faltica!!
Juan con su cerveza, y los demás llenamos algo de agua.
El lugar está frecuentado habitualmente, pues hay una galería minera con aperos actuales, como si alguien estuviera trabajando en el lugar.
Nos aventuramos a entrar en ella, pero cuando llevamos unos cuantos metros, el cague y la congoja, nos dicen que nos demos media vuelta, que allí no se ve final, y que la espeleología para otros días... Todo se andará.
"EL CEREZO": así se llamaba el lugar...
Vámanos que todavía queda un ratico.
Y ahora a andar en bici. El tramo es impracticable y hay que bajarse. Y como no. Otro pinchazo. Esta vez Álvaro pincha su rueda tubular, y con ganas de complicar la cosa parte la válvula. Ya te lo dije antes: ¡¡ANIMAL!! Así que a reparar.
La vereda continua y es un sube y baja continuo, y el camino nos lleva al último tramo del día. Una vereda conocida por todos. El final del tramo del camino de Cortijo Robles a Castala.
Curvas sinuosas, árboles en el camino, trancos ocasionales, curvas y contracurvas..., una gozada.
Y a mitad de tramo, otro reventón. Otra vez yo. Visto y no visto. Pa´bajo...
Y el final está ahí.
26 kilómetros. Etapa corta, pero en su mayoría de vereda, lo que la ha hecho entretenida. Ideal para el verano, y digna de repetirla cuando más apriete el calor, pues en su mayoría, el trayecto es sombreado.
Las sensaciones al final de la ruta son variopintas: Tomás preocupado con su "tajo" en la pierna; Juan con ganas de más kilómetros; Sergio encantado con el día (ya te llevaremos a pasar calor y penurias por esos montes de la Sierra de Gádor); Álvaro desenmonado por hoy de su adicción a la bici; Morales cumpliendo horarios de llegada a casa; y yo tan orgulloso de ver que bajo no demasiado mal con la bici que llevo...
Así que chavales, espero que esta semana deis más señales de vida, que os dejeis ver por aquí, y a ver si la vuelta de Javi anima al resto de la peña a salir el sábado. Yo, de momento, el jueves otra vez de nocturna (ver fotos al final). Un mundo apasionante (yo pensaba que la noche sólo era para dormir y emborracharse, jejeje).
Citando al gran pensador: ¡¡Ale gentuza!!...
Nos vemos... si nos miramos...
P.D.: Seguid leyendo, que más abajo llevais de regalo unas fotos de la nocturna..., para que se os pongan los dientes como espadas, jeje.
.jpg)
NOCTURNA JUEVES 9 DE JULIO:
CAMINO ENIX - BAJADA EL POTRO
CAMINO ENIX - BAJADA EL POTRO
