Hola tí@s,
Ésto del mountain bike, entre lo "sufrío" y los "parajes" por los que nos movemos, en estas fechas, es para valientes. Y como muestra un botón...
Todo empezó entre semana con una llamada a Morales: "Que este sábado vamos pa´llá... que te prepares algo..." y todo éso... E insconsciente de mí, y voy y dejo en sus manos la planificación de la semana.
Pues toma. La primera en la frente. "Que tengo una etapa entre ceja y ceja: subir a Enix y hacer una vereda que nos saca al bayana". Y allí nos fuimos.
Había que madrugar para intentar coger el menor sol posible (ilusos). Despertador a las 6:15 (de locos), y a las 7, mientras cargo la bici al coche, llamadita. "Que no puedo sacar la bici del garage, que no funciona el ascensor..." ¡¡Ay Morales!! Lo que no te pase a tí criatura...
Pues nada, para Almería.
A las 7:30 en el sitio de kedada. Allí ya estaba Tomás tan puntual como siempre. Venía solo. ¿Dónde andará Miguel? ¿Se habrá olvidado de nosotros? ¿Habrá encontrado a alguien que le ría sus chistes?...
Y un poco más tarde aparece David, y casi puntual, Boluko. Morales esperando arreglar el ascensor...
Por tanto, sobre las 8 nos ponemos en marcha los cuatro. Queramos o no, la hora de salida es inamovible, jeje.
Ya conocemos todos el camino de Enix. Las primeras rampas te rompen, y si encima de todo, el picao de David hace de guía y nos lleva por una vereda de subida a 1-1, con piedras por todos lados, con las ruedas sin apenas tracción, pues el inicio es para olvidar. Así, sin calentar y de sopetón, vamos, en frío y sin vaselina...
Pasado el duro comienzo las rampas del camino no son muy pronunciadas y las hacemos sin dificultad excesica, y a pesar del calor, que ya aprieta, son muchos los bikers que nos encontramos por el camino... Bueno, más bien que nos dejan tiradillos, porque estoy deseando que llegue el día de encontrarnos a un grupito y hacerles una pasada, porque hasta ahora ni moscas...
Que un tío tó maqueao con su equipación del C.C. Martínez Oliver con una "burra" de campeonato te pase como un avión, se acepta. Pero que dos bikers con unas bicis más malas que las topbike del carrefour te hagan una pasada acojonante, te cabrea y te hunde en la miseria. ¡¡Vaya dos portentos!! Así que, se agacha la cabeza y se intentan buscar justificaciones, aunque sean absurdas...
Nosotros seguimos a lo nuestro, y entramos en una zona desconocida para mí. Hemos pasado el desvío de la bajada que haremos a la vuelta, y de ahí en adelante no conozco el terreno, pero no es mucho más complicado.
Ya me extrañaba a mí que David no incrementase el ritmo para probar, y no tardó mucho en hacerlo. Yo, a rueda, y Boluko y Tomás a lo suyo.
Hora y pico después de salir recibimos la llamada de Morales; que ya ha conseguido hacerse con la KTM y que viene para arriba. Hay que tener valor, porque pegarse la subidita solo y con el "frío" que hacía, tiene mérito. Pero por orgullo, tira para arriba.
Unos kms. más arriba hacemos un descanso junto a una higuera en el camino (creo que la única en toda la subida, jeje. Ni una sombra...Uff). Hay que reponer fuerzas, así que un poquito de sandwich, unas frutas, y a disfrutar de un poco de sombra.
En ésto, llega una dosis de experiencia a nuestra compañía. Dos bikers conocedores de la zona comparten nuestro lugar de descanso. Y como la experiencia es un grado, hay que cultivarse con gente como ésta.
Poco después, ya están con nosotros Boluko y Tomás, así que hay que darles tiempo para que cojan aire.
TOMÁS ABATIDO...
Estamos a los pies del último tramo del camino de Enix por zona rural. Y nos avisan de que es peliagudo. Mucha piedra suelta, bastante, la bici pierde tracción, hay que tirar de piernas... Un polvo, vamos.
Así que, desinflamos un poco las ruedas para conseguir algo más de tracción, y para arriba.
Si el camino es tal y como dice esta gente, pienso que tengo que poner un ritmo alegre para no quedarme clavado. Y así lo hago.
Subo bastante bien. A veces hay momentos complicados con mucha piedra, en los que si no se pone el pie a tierra es por un puro milagro. Detrás mía David, Boluko y Tomás suben un punto por debajo, pero constantemente. ¡¡Qué alegría tiene dar ver la cara de Tomás disfrutando de estos sitios que tanto le gustan a él: caminos limpios, entre árboles, sombreados...!! ¡¡Hay que conocerlo todo gentuza!!
La subida se hace más larga de lo que creía en un principio. He conseguido pasar a un biker que iba delante nuestra (el tío todo preparado con sus aperos para bajar... Un auténtico descender, vamos,). Veo la silueta de dos más, y aunque cada vez los veo más cerca, no consigo acercarme. No van mucho más lentos que yo. ¡¡Cómo suben los mamones!!
Y la subidita se acaba, y como loco en busca de otra sombra. A lo lejos veo dos bicis en el suelo, y sus dueños sin dar señales de vida. Los dos agazapados debajo de unos arbustos buscando la sombra que yo quería. Pero había sitio para todos, así que, tocaba otro descanso.
Eran colegas del "descender" anterior, y ellos también iban bien equipados. Empezamos a hablar y se nota que conocen la zona, las veredas que hay por allí, y que en ésto de los descensos tenemos que aprender bastante de ellos (www.rutasmountainbike.com).
Poco a poco van llegando todos, maldiciendo la subidita y deseando descansar un poco. Rápidamente se crea buen rollo entre todos, y decidimos irnos con ellos para que nos enseñen la entrada a la vereda que van a hacer. No está mal conocer sitios nuevos.
APROVECHANDO LA SOMBRICA
Nos ponemos en marcha por la zona asfaltada camino a Enix. El primer tramo es de bajada y aquí relajamos un poco piernas para afrontar una subidita corta pero intensa.
Uno de estos chavales sube el ritmo, y el otro coge rueda. Yo también. Nos vamos los tres para arriba, y uno de ellos demarra. Hay que ir a por él. Las hostilidades se han roto, y un cucaracha no se puede amedrentar. En estas situaciones se aprietan los dientes y se dan pedales.
El ritmo es bastante alegre. El tío sube como un condenado, pero yo no pierdo rueda. Pasadas las primeras hostilidades y unos cuantos metros, nos sentamos en la bici y mantenemos un ritmo constante pero brutal (al menos para mi nivel). No desfallezco, y pasado el primer momento de sufrimiento, al coger un ritmo constante, recupero el aliento. Lo peor ha pasado, y llegaremos arriba los dos juntos. ¡Buena subida!
Desde aquí el terreno es más llevadero, y ya nos acercamos al desvío donde ellos empezarán a bajar. La carretera se encuentra un cruce a la izquierda dirección Enix, en el cual se coge un camino de tierra y piedra para coger un poco más alante el sendero de bajada que les llevará a Aguadulce. Aquí os quedais, nosotros a nuestro destino: Enix.
ENIX AL FONDO
A partir de aquí, David vuelve a cambiar el ritmo y yo me voy con él. Por carretera se rueda algo mejor, así que, unido a que el terreno no es muy empinado, los kms. corren.
Decidimos parar a reagrupar un poco más alante, y nos planteamos qué hacer: llegar a Enix y repostar botellines, o darnos la vuelta para llegar antes a casa.
Dijimos de llegar a Enix y hay que llegar, más que nada por no quedarnos sin agua. Sabia decisión, porque el remojón en la fuente, con un agua tan fresquita, es de agradecer.
Morales, va ya por el último tramo de subida del camino a Enix, así que como buen biker, no ha tirado la toalla. ¡Sufridor!
PARADA EN ENIX
Reemprendemos de nuevo la marcha y a lo lejos una silueta naranja sobre una bicicleta llama nuestra atención: Morales ha llegado. Después de dos horas esperando en la puerta del garage, consiguió sacar la bici, por lo que tuvo dos horas para preparse el cuerpo para aceptar nuestras "constructivas" críticas. Bastante cabreo pillaría ya el hombre, para que encima nosotros nos aprovechemos de la situación... Sólo una cosa: ¡¡JAJAJAJAJA!!
Y llegó el Morales y el gafe se cirnió sobre nosotros: pinchazo. El primero de Tomás. Cambio rápido y seguimos.
MORALES Y SU GAFE YA CON NOSOTROS
Hay que desandar el camino y la bajada por el camino de Enix se prensenta complicada. Y nuestro primer y gran error se fragua al inicio de dicha bajada: se nos ocurre quitarle un poco de presión a las ruedas. Y así, nos tiramos para abajo: Segundo, tercer y cuarto pinchazo: David, Morales y el menda. Los tres en cuestión de 100 metros. Pa´ matarnos...
Y seguimos bajando, descansando para la vereda. Y poco antes de cogerla, el quinto: David pincha otra vez... Ésto no puede ser... Llantazo tras llantazo me veo poniendo parches como un loco... ¡¡Vaya día!!
Llegamos a la vereda y Boluko, queriendo chupar cámara se tira el primero. ¡¡Bacilón!! Saltitos, derrapadas... ¡a ver lo que haces cuando aparezca alguna trialera complicadilla! jejeje.
La vereda no es muy complicada. Algunos tramos son rápidos, y los combina con algunas zonas con unos trancos apañaillos. Pero lo que no cambia es el paisaje: sol, matas, sol, matas, y ninguna sombra. De escándalo.
¡¡HOY NO HABÍA RAMBLAS MAMONASO!!
Y aunque parezca una broma, después de una trialera tó guapa, David, en su afán de rizar el rizo, la traza por el lugar más complicado y pasa lo que no tenía que pasar: ¡¡el sexto pinchazo!! Ya es la última cámara que tenemos, y sabemos a ciencia cierta que van a hacer falta más como no tengamos cuidado. Recemos a San Marcial...
La zona es complicada, pues te encuentras zonas de bajada con mucha piedra y otras de subida en las que tienes que trazar tú el camino, porque por allí no pasan ni las cabras... ¡¡Vaya lugares Morales!!
La vereda ha acabado. No es muy larga pero a mí al menos me ha gustado. Salimos a la entrada de la autovía por el puerto de Almería, y ya todo será rodar por asfalto.
La etapa en sí, no está mal. El inconveniente mayor es el calor, aunque sinceramente, quien no quiera sufrirlo, que se quede en su casita viendo una peli, porque al menos nosotros, esperamos el sábado como agua de mayo para disfrutar del mountainbike..., haga el tiempo que haga, ¿no?
Así que sobre unos 50 kms. en bici, pasando calor como lagartos pero echando nuestras risas de todos los sábados, faltaría más...
La semana que viene más, aunque esperemos que con menos calor...
Ala gentuza...
Nos vemos... si nos miramos...
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Ésto del mountain bike, entre lo "sufrío" y los "parajes" por los que nos movemos, en estas fechas, es para valientes. Y como muestra un botón...
Todo empezó entre semana con una llamada a Morales: "Que este sábado vamos pa´llá... que te prepares algo..." y todo éso... E insconsciente de mí, y voy y dejo en sus manos la planificación de la semana.
Pues toma. La primera en la frente. "Que tengo una etapa entre ceja y ceja: subir a Enix y hacer una vereda que nos saca al bayana". Y allí nos fuimos.
Había que madrugar para intentar coger el menor sol posible (ilusos). Despertador a las 6:15 (de locos), y a las 7, mientras cargo la bici al coche, llamadita. "Que no puedo sacar la bici del garage, que no funciona el ascensor..." ¡¡Ay Morales!! Lo que no te pase a tí criatura...
Pues nada, para Almería.
A las 7:30 en el sitio de kedada. Allí ya estaba Tomás tan puntual como siempre. Venía solo. ¿Dónde andará Miguel? ¿Se habrá olvidado de nosotros? ¿Habrá encontrado a alguien que le ría sus chistes?...
Y un poco más tarde aparece David, y casi puntual, Boluko. Morales esperando arreglar el ascensor...
Por tanto, sobre las 8 nos ponemos en marcha los cuatro. Queramos o no, la hora de salida es inamovible, jeje.
Ya conocemos todos el camino de Enix. Las primeras rampas te rompen, y si encima de todo, el picao de David hace de guía y nos lleva por una vereda de subida a 1-1, con piedras por todos lados, con las ruedas sin apenas tracción, pues el inicio es para olvidar. Así, sin calentar y de sopetón, vamos, en frío y sin vaselina...
Pasado el duro comienzo las rampas del camino no son muy pronunciadas y las hacemos sin dificultad excesica, y a pesar del calor, que ya aprieta, son muchos los bikers que nos encontramos por el camino... Bueno, más bien que nos dejan tiradillos, porque estoy deseando que llegue el día de encontrarnos a un grupito y hacerles una pasada, porque hasta ahora ni moscas...
Que un tío tó maqueao con su equipación del C.C. Martínez Oliver con una "burra" de campeonato te pase como un avión, se acepta. Pero que dos bikers con unas bicis más malas que las topbike del carrefour te hagan una pasada acojonante, te cabrea y te hunde en la miseria. ¡¡Vaya dos portentos!! Así que, se agacha la cabeza y se intentan buscar justificaciones, aunque sean absurdas...
Nosotros seguimos a lo nuestro, y entramos en una zona desconocida para mí. Hemos pasado el desvío de la bajada que haremos a la vuelta, y de ahí en adelante no conozco el terreno, pero no es mucho más complicado.
Ya me extrañaba a mí que David no incrementase el ritmo para probar, y no tardó mucho en hacerlo. Yo, a rueda, y Boluko y Tomás a lo suyo.
Hora y pico después de salir recibimos la llamada de Morales; que ya ha conseguido hacerse con la KTM y que viene para arriba. Hay que tener valor, porque pegarse la subidita solo y con el "frío" que hacía, tiene mérito. Pero por orgullo, tira para arriba.
Unos kms. más arriba hacemos un descanso junto a una higuera en el camino (creo que la única en toda la subida, jeje. Ni una sombra...Uff). Hay que reponer fuerzas, así que un poquito de sandwich, unas frutas, y a disfrutar de un poco de sombra.
En ésto, llega una dosis de experiencia a nuestra compañía. Dos bikers conocedores de la zona comparten nuestro lugar de descanso. Y como la experiencia es un grado, hay que cultivarse con gente como ésta.
Poco después, ya están con nosotros Boluko y Tomás, así que hay que darles tiempo para que cojan aire.
TOMÁS ABATIDO...Estamos a los pies del último tramo del camino de Enix por zona rural. Y nos avisan de que es peliagudo. Mucha piedra suelta, bastante, la bici pierde tracción, hay que tirar de piernas... Un polvo, vamos.
Así que, desinflamos un poco las ruedas para conseguir algo más de tracción, y para arriba.
Si el camino es tal y como dice esta gente, pienso que tengo que poner un ritmo alegre para no quedarme clavado. Y así lo hago.
Subo bastante bien. A veces hay momentos complicados con mucha piedra, en los que si no se pone el pie a tierra es por un puro milagro. Detrás mía David, Boluko y Tomás suben un punto por debajo, pero constantemente. ¡¡Qué alegría tiene dar ver la cara de Tomás disfrutando de estos sitios que tanto le gustan a él: caminos limpios, entre árboles, sombreados...!! ¡¡Hay que conocerlo todo gentuza!!
La subida se hace más larga de lo que creía en un principio. He conseguido pasar a un biker que iba delante nuestra (el tío todo preparado con sus aperos para bajar... Un auténtico descender, vamos,). Veo la silueta de dos más, y aunque cada vez los veo más cerca, no consigo acercarme. No van mucho más lentos que yo. ¡¡Cómo suben los mamones!!
Y la subidita se acaba, y como loco en busca de otra sombra. A lo lejos veo dos bicis en el suelo, y sus dueños sin dar señales de vida. Los dos agazapados debajo de unos arbustos buscando la sombra que yo quería. Pero había sitio para todos, así que, tocaba otro descanso.
Eran colegas del "descender" anterior, y ellos también iban bien equipados. Empezamos a hablar y se nota que conocen la zona, las veredas que hay por allí, y que en ésto de los descensos tenemos que aprender bastante de ellos (www.rutasmountainbike.com).
Poco a poco van llegando todos, maldiciendo la subidita y deseando descansar un poco. Rápidamente se crea buen rollo entre todos, y decidimos irnos con ellos para que nos enseñen la entrada a la vereda que van a hacer. No está mal conocer sitios nuevos.
APROVECHANDO LA SOMBRICANos ponemos en marcha por la zona asfaltada camino a Enix. El primer tramo es de bajada y aquí relajamos un poco piernas para afrontar una subidita corta pero intensa.
Uno de estos chavales sube el ritmo, y el otro coge rueda. Yo también. Nos vamos los tres para arriba, y uno de ellos demarra. Hay que ir a por él. Las hostilidades se han roto, y un cucaracha no se puede amedrentar. En estas situaciones se aprietan los dientes y se dan pedales.
El ritmo es bastante alegre. El tío sube como un condenado, pero yo no pierdo rueda. Pasadas las primeras hostilidades y unos cuantos metros, nos sentamos en la bici y mantenemos un ritmo constante pero brutal (al menos para mi nivel). No desfallezco, y pasado el primer momento de sufrimiento, al coger un ritmo constante, recupero el aliento. Lo peor ha pasado, y llegaremos arriba los dos juntos. ¡Buena subida!
Desde aquí el terreno es más llevadero, y ya nos acercamos al desvío donde ellos empezarán a bajar. La carretera se encuentra un cruce a la izquierda dirección Enix, en el cual se coge un camino de tierra y piedra para coger un poco más alante el sendero de bajada que les llevará a Aguadulce. Aquí os quedais, nosotros a nuestro destino: Enix.
ENIX AL FONDOA partir de aquí, David vuelve a cambiar el ritmo y yo me voy con él. Por carretera se rueda algo mejor, así que, unido a que el terreno no es muy empinado, los kms. corren.
Decidimos parar a reagrupar un poco más alante, y nos planteamos qué hacer: llegar a Enix y repostar botellines, o darnos la vuelta para llegar antes a casa.
Dijimos de llegar a Enix y hay que llegar, más que nada por no quedarnos sin agua. Sabia decisión, porque el remojón en la fuente, con un agua tan fresquita, es de agradecer.
Morales, va ya por el último tramo de subida del camino a Enix, así que como buen biker, no ha tirado la toalla. ¡Sufridor!
PARADA EN ENIXReemprendemos de nuevo la marcha y a lo lejos una silueta naranja sobre una bicicleta llama nuestra atención: Morales ha llegado. Después de dos horas esperando en la puerta del garage, consiguió sacar la bici, por lo que tuvo dos horas para preparse el cuerpo para aceptar nuestras "constructivas" críticas. Bastante cabreo pillaría ya el hombre, para que encima nosotros nos aprovechemos de la situación... Sólo una cosa: ¡¡JAJAJAJAJA!!
Y llegó el Morales y el gafe se cirnió sobre nosotros: pinchazo. El primero de Tomás. Cambio rápido y seguimos.
MORALES Y SU GAFE YA CON NOSOTROSHay que desandar el camino y la bajada por el camino de Enix se prensenta complicada. Y nuestro primer y gran error se fragua al inicio de dicha bajada: se nos ocurre quitarle un poco de presión a las ruedas. Y así, nos tiramos para abajo: Segundo, tercer y cuarto pinchazo: David, Morales y el menda. Los tres en cuestión de 100 metros. Pa´ matarnos...
Y seguimos bajando, descansando para la vereda. Y poco antes de cogerla, el quinto: David pincha otra vez... Ésto no puede ser... Llantazo tras llantazo me veo poniendo parches como un loco... ¡¡Vaya día!!
Llegamos a la vereda y Boluko, queriendo chupar cámara se tira el primero. ¡¡Bacilón!! Saltitos, derrapadas... ¡a ver lo que haces cuando aparezca alguna trialera complicadilla! jejeje.
La vereda no es muy complicada. Algunos tramos son rápidos, y los combina con algunas zonas con unos trancos apañaillos. Pero lo que no cambia es el paisaje: sol, matas, sol, matas, y ninguna sombra. De escándalo.
¡¡HOY NO HABÍA RAMBLAS MAMONASO!!Y aunque parezca una broma, después de una trialera tó guapa, David, en su afán de rizar el rizo, la traza por el lugar más complicado y pasa lo que no tenía que pasar: ¡¡el sexto pinchazo!! Ya es la última cámara que tenemos, y sabemos a ciencia cierta que van a hacer falta más como no tengamos cuidado. Recemos a San Marcial...
La zona es complicada, pues te encuentras zonas de bajada con mucha piedra y otras de subida en las que tienes que trazar tú el camino, porque por allí no pasan ni las cabras... ¡¡Vaya lugares Morales!!
La vereda ha acabado. No es muy larga pero a mí al menos me ha gustado. Salimos a la entrada de la autovía por el puerto de Almería, y ya todo será rodar por asfalto.
La etapa en sí, no está mal. El inconveniente mayor es el calor, aunque sinceramente, quien no quiera sufrirlo, que se quede en su casita viendo una peli, porque al menos nosotros, esperamos el sábado como agua de mayo para disfrutar del mountainbike..., haga el tiempo que haga, ¿no?
Así que sobre unos 50 kms. en bici, pasando calor como lagartos pero echando nuestras risas de todos los sábados, faltaría más...
La semana que viene más, aunque esperemos que con menos calor...
Ala gentuza...
Nos vemos... si nos miramos...
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